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La automoción y la energía, muy afectadas

Los malos augurios se ciernen sobre la economía de Japón

Japón cuenta sus muertos, trata de frenar una catástrofe nuclear y convive con barcos y aviones aparcados en medio de las ciudades. Y mientras, los analistas tratan de descifrar las consecuencias sobre una economía que trataba de salir de la crisis. Recortes del 0,29% del PIB y pérdida del 10% de la capacidad manufacturera son las primeras impresiones de unos analistas que, en cambio, descartan una crisis fiscal.

Caída
CaídaReuters

Cuatro días después, el planeta sigue siendo incapaz de calibrar la magnitud del brutal golpe que la tierra y el mar asestaron el viernes pasado a la población japonesa. A estas horas no existe una cifra definitiva de muertos, los cadáveres siguen apareciendo por miles entre el fango y los escombros; aviones y barcos pueblan azoteas y avenidas en varias poblaciones costeras, en un forzado estacionamiento al capricho del tsunami. El Gobierno trata de atajar una catástrofe nuclear, con el fantasma de Chernóbil sobrevolando la central de Fukushima, y con otras dos instalaciones atómicas en un estado delicado. Esta crítica situación ha llevado a la Administración a aplicar interrupciones selectivas del suministro de luz después de calcular que su tejido es capaz ahora de generar un 25% menos de producción energética. Y mientras, centenares de analistas ratan de comprender y vaticinar en sus despachos qué va a suponer esta la sucesión de acontecimientos sobre la que, al menos hasta el viernes, era la tercera economía mundial. Es el otro terremoto japonés.

Caída del PIB

Las cifras preliminares hablan de un coste de hasta 100.000 millones de dólares. Citi se pronuncia en términos parecidos, y apunta a un coste de hasta 10 billones de yenes, algo más de 87.000 millones de euros. Las primeras estimaciones fidedignas, no obstante, provendrán del Banco de Japón. Pero para ello habrá que esperar hasta abril, según explicó hoy su gobernador, Masaaki Shirakawa. Muchos no están dispuestos a esperar tanto. El banco de inversión nipón Nomura aseguró hoy en un informe que estos cortes en el suministro eléctrico van a recortar en un 0,29% el Producto Interior Bruto del país, y aventuran que el país podría entrar en recesión en la primera mitad del año. Royal Bank of Scotland prevé un "impacto pequeño y transitorio". Citi, de hecho, apenas prevé una reducción en el crecimiento hasta un 2,1% en el año fiscal 2011. Las necesidades de reconstrucción servirán como motor de la economía, según el banco norteamericano.

El impacto en las empresas del sector eléctrico ha sido limitado. Pero no será así en la industria, que se verá obligada a echar el cierre temporal. Toyota, el mayor fabricante mundial de automóviles, anunció hoy que la producción de sus plantas en Japón seguirá paralizada al menos hasta el próximo miércoles. Y hoy tampoco abrieron sus puertas las plantas de Honda, Nissan, Mitsubishi y Suzuki. Cada día de paro puede suponer unas pérdidas de 73,3 millones de dólares de pérdidas para Toyota, y una tercera parte de esta cifra para sus competidores, según Goldman Sachs. En conjunto, los cortes pueden recortar la producción manufacturera en un 2,5%, en otro 5% el sector no manufactutero y en un 10% más la industria financiera, aseguradora, de la información y las telecomunicaciones. Otros analistas, en este caso los del banco estadounidense Citigroup, hablan ya de una parálisis en la producción manufacturera que puede llegar hasta el 10% del total. Goldman Sachs, además, prevé un "daño extremo" sobre la abastecimiento para el puntero sector de la electrónica. La región afectada por el terremoto y el tsunami supione el 6,2% de la producción nacional, y que puede sufrir hasta un 40% de reducción de su producción en marzo.

Reducción de capacidad

Esta súbita disminución de capacidad va a tener dolorosas consecuencias sobre la recuperación de la economía más endeudada del mundo desarrollado, con un pasivo que llega al 200% del PIB y un déficit del 10%. Nomura cuenta con que los efectos sobre las finanzas sean peores que los del terremoto de Kobe en 1995 y que sus consecuencias retrasen seis meses la recuperación. Las previsiones apuntaban a abril-junio. Ahora se retrasan hasta finales de año. No en vano, el propio Banco de Japón ya advirtió esta mañana del impacto negativo que provocará el seísmo sobre en los próximos meses sobre los consumidores y las empresas. La entidad ha ampliado hoy su inyección de liquidez de urgencia al sistema financiero hasta la cifra récord de 15 billones de yenes (183.825 millones de dólares o 131.859 millones de euros. Esta medida, y los bajos tipos de interés, han permitido la depreciación del yen frente al euro y el dólar, lo que supondrá un alivio para las exportaciones. El billete verde cotizaba en máximos de los últimos tres meses.

Apoyo de las agencias

En todo caso, Moody's consideró hoy que, al menos por el momento, no hay necesidad de hablar de una crisis fiscal en el país, dado que por los mercados sigue fluyendo la liquidez. La agencia de calificación considera que el coste de la reconstrucción "será elevado", pero "la economía se recuperará, y una crisis fiscal no es inminente", aseguró en un informe el vicepresidente senior de la institución, Tom Byrne. Standard & Poor's, el otro gran organismo calificador, lanzó hoy un mensaje de aliento a las golpeadas finanzas niponas al asegurar que si bien es cierto que el terremoto va a suponer un "golpe fiscal y económico significativo", no va a tener un efecto inmediato sobre su deuda soberana, que actualmente cuenta con un rating de AA-. La prima de riesgo se retraía esta mañana un 1,2% tanto por estas recomendaciones como, sobre todo, por la inyección de liquidez del Tesoro y la compra de activos.

El precio del petróleo puede ayudar a evitar esta crisis. El barril de brent cotizaba esta mañana a la baja, con un descenso del 1,4%, hasta 112,3 dólares el barril en previsión de una menor demanda. Lo mismo ha sucedido con los futuros del caucho, vital para la industria de la automoción, que ha amanecido hoy en mínimos de los últimos tres meses. La misma situación se sucede en el mineral de hierro y el cobre.

El Nikkei fue hoy el escenario propicio en el que se represenatron estos miedos. El principaol índice bursátil del país se desplomó un 6% en la primera sesión completa tras la catástrofe.

Efecto sobre la industria energética

La tragedia nipona ha obligado al cierre temporal de 12 plantas (de un total de 55 repartidas por todo el país), encargadas de la producción de 11 gigawatios. Estos cierres podrían prolongarse hasta bien entrado 2012, lo que podría incrementar el consumo de gas natural licuado, beneficiando así a compañís europeas como Eon y Suez y contribuir a una recuperación del precio de los precios del gas y la electricidad, según asegura UBS. El banco suizo prevé, además, que los problemas registrados en las instalaciones en el país provoquen más retrasos en los planes de los Gobiernos europeos de implantar centrales nucleares en el continente.

Japón es el tercer país en nñumerio de centrales, solo superado por EE UU (con 104) y Francia, con 58.

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