La catástrofe de Japón desestabiliza la recuperación mundial
Más de 100.000 millones de dólares en pérdidas. æpermil;sa es la factura preliminar del terremoto, según dos compañías de análisis de riesgos de EE UU. Un tsunami económico que afectará duramente a la recuperación nipona y puede poner en jaque la mundial. Japón seguía ayer sumido en el impacto de la catástrofe humana -los datos oficiales cifran los muertos en más de 1.350, pero otras fuentes apuntan a varios miles- y en la grave emergencia nuclear que mantiene alerta al mundo.
Las primeras estimaciones sobre el coste económico de la catástrofe apuntan a un montante de pérdidas superior a 100.000 millones de dólares (72.000 millones de euros) para la economía del país y a una buena dosis de incertidumbre sobre cómo afectará a la recuperación mundial. El cálculo ha sido realizado por AIR Worldwide y Eqecat, dos compañías estadounidenses especializadas en cálculos de riesgos por catástrofe. Una cifra que podría ir en aumento a medida que se conocen los daños del seísmo, que ayer fue recalificado hasta el grado nueve en la escala de Richter.
Las pérdidas en infraestructuras, según Eqecat, superan los 30.000 millones de dólares, a los que hay que añadir otros 10.000 millones en daños a puertos y navíos. En la costa más afectada por el tsunami los daños sobrepasan los 20.000 millones de dólares, mientras que los destrozos industriales y comerciales se cifran entre 5.000 y 10.000 millones. Según AIR Worldwide, 34.000 millones de dólares será el saldo por los daños causados en propiedades aseguradas.
"Es la crisis más grave para Japón desde que terminó la segunda guerra mundial, hace 65 años", señalaba ayer el primer ministro nipón, Naoto Kan, en una comparecencia televisiva en la que pidió unidad al país. Un país sumido en el dolor y la incertidumbre sobre el número de víctimas -el Gobierno elevaba ayer el número oficial a 1.353 muertos y 1.085 desaparecidos, pero otras fuentes apuntan a varios miles-, los graves daños en viviendas e infraestructuras y la emergencia nuclear decretada en el país, que se ha extendido de Fukushima a Onagawa, además de problemas en un reactor en Tokai. Las cifras oficiales hablan de más de 20.800 edificios destruidos y 600.000 ciudadanos desplazados.
La Bolsa de Tokio ha anunciado que abrirá sus puertas y prevé operar con normalidad
Una de las primeras medidas del Ejecutivo ha sido autorizar cortes de electricidad de hasta tres horas al día partir de hoy, lunes, para garantizar el suministro en las zonas del noreste del país. "Ha sido una decisión muy difícil", explicó Naoto Kan, quien reconoció las graves consecuencias que tendrá para la economía un suministro eléctrico irregular. Millones de personas seguían ayer sin electricidad ni agua corriente. Pese a todo, los mercados financieros tiene previsto abrir hoy y operar con normalidad. El Banco de Japón anunció que ha inyectado 55.000 millones de yenes (483 millones de euros) a trece instituciones financieras del norte del país. El Gobierno, que ya ha adelantado la posibilidad de ampliar el fondo de catástrofes, ha advertido que tomará medidas contra los especuladores y no descarta que el banco central aplique una política monetaria "no convencional".
Pero el margen de maniobra es limitado. Japón es el país más endeudado del mundo desarrollado, con un pasivo que llega al 200% del PIB y un déficit del 10%, informa Inés Abril. En estas condiciones, cualquier aumento del gasto público cargará aún más las tintas, lo que forzará un endeudamiento más caro y pondrá al país en el punto de mira de las agencias de rating, muy recelosas de la ortodoxia financiera nipona en los últimos tiempos.
Y tampoco el banco central tiene demasiada holgura, con unos tipos de interés que ya están en el 0% en un intento de combatir la deflación que atenaza la nación. Con estos mimbres, varios analistas dan por hecho que el terremoto será la puntilla que ponga punto final a la incipiente recuperación de la economía. En el último trimestre de 2010, el PIB se contrajo un 1,3% en tasa anual, pero los primeros meses de 2011 anticipaban un rebote que hoy se antoja imposible.
Los grandes grupos industriales paralizan sus fábricas
Ante la interrupción del transporte y los problemas de logística y energéticos provocados por el terremoto, muchos de los grandes grupos industriales japoneses han optado por reducir o detener temporalmente su producción en el archipiélago. Los tres principales fabricantes nipones de automóviles, Toyota, Nissan y Honda, mantendrán hoy paralizada la producción en todas sus plantas de Japón, al no poder asegurarse el suministro de las piezas. También lo harán Mitsubishi, Suzuki y Sony. El grupo Mazda, con sede en la provincia meridional de Hiroshima, es el único fabricante del motor que por el momento planea operar con normalidad. El primer ministro japonés, Naoto Kan, pidió ayer a las grandes empresas del país que limiten en la medida de lo posible el uso de electricidad, en un llamamiento al ahorro de energía que también se ha extendido entre los ciudadanos.La industria del motor es un peso pesado en el músculo exportador nipón, que tiene también parte de su fuerza en sectores como el electrónico y tecnológico. Japón cayó recientemente al tercer puesto de la economía mundial tras ser superado por China, pero durante más de cuarenta años se mantuvo en el segundo, sólo por detrás de Estados Unidos, debido a su poderosa industria. Ante la gravedad de la situación, tampoco abrirán sus puertas instituciones como el Parlamento. El paro afectará, asimismo, a la producción petrolífera en casi todas las refinerías del noroeste del país. Disneylandia ha anunciado su cierre en Tokio hasta el próximo día 21.