Brasil muestra su fuerza emergente y se convierte en acreedor neto del FMI
España transfiere a este organismo 4.140 millones de euros Brasil está mostrando hasta dónde llega su pujanza económica. El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se ha comprometido con el FMI a invertir 10.000 millones de dólares (6.800 millones de euros) en comprar bonos de este organismo. Brasil deja atrás su relación de deudor con el FMI y se convierte, así, en su acreedor.
En siete años, Brasil ha cambiado su estatus económico internacional radicalmente. El país que en 2002 recibió un crédito de 30.400 millones de dólares de parte del FMI para evitar la bancarrota ha pasado en 2009 a ser uno de los acreedores de este organismo internacional. El ministro de Finanzas, Guido Mantega, así lo describió ayer en Estambul (Turquía) durante el último día de reunión anual del FMI tras afirmar su compromiso de financiación.
"Este es un momento histórico para nosotros. Es la primera vez en la historia que Brasil presta recursos al FMI y, por tanto, a la comunidad internacional, dijo antes de la reunión. Brasil terminó de devolver al Fondo, anticipadamente en 2005, el que hasta entonces había sido el mayor desembolso de este organismo en una economía.
El país se alinea así ahora con otros países emergentes, China e India que también se han comprometido comprar unos bonos puestos en circulación para triplicar la dotación de este organismo. Se trata de una caja cuyo capital se está tratando de ampliar en 500.000 millones de dólares para permitir al Fondo convertirse en un prestamista de último recurso en caso de que sea necesario actual para estabilizar el sistema monetario global.
En este esfuerzo están participando las mayores economías del planeta con capital directo o compra de bonos. De hecho, España y Holanda se comprometieron ayer en la ciudad turca a proveer al Fondo con 4.140 y 5.310 millones de euros, respectivamente. Ello forma parte de un acuerdo suscrito por la UE en marzo para contribuir a aumentar esta capacidad prestataria del Fondo con 75.000 millones de euros. Con España y Holanda son ya ocho los países que ejecutan ese compromiso. Reino Unido y Alemania ya comprometieron 15.000 millones de euros cada una y Francia 11.000 millones.
Por parte de los emergentes, Rusia es el único país de los conocidos como BRIC (Brasil, Rusia, India y China), que no ha confirmado su participación en la emisión de bonos. China, ya apalabró 50.000 millones de dólares e India 10.000 millones.
Las economías emergentes, que están tomando el protagonismo que nunca antes habían tenido en la escena internacional, quieren que se les reconozca una mayor voz en los foros internacionales y consideran el acuerdo de Pittsburgh del G-20, en el que se les concedió un 5% más de poder de voto en el FMI, un primer paso. Es un paso que aún tiene que concretarse y que se materializará con pérdida de los países más sobrerrepresentados, sobre todo la UE. No obstante, este porcentaje se queda por detrás de lo que los BRIC quieren, el 7%, razón por la que Mantega dijo que no van a contribuir a ningún fondo de financiación permanente hasta que tengan más voto.
Stiglitz pide un impuesto financiero
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz pidió ayer imponer un impuesto a las transacciones financieras para evitar el comportamiento disfuncional de los mercados y ayudar a pagar el daño de la crisis sobre los pobres."El sector financiero contaminó la economía global con activos tóxicos y ahora debe limpiarla", dijo en el marco de la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial en Estambul. Stiglitz mencionó que ese impuesto debería cubrir todo tipo de activos. La recaudación podría destinarse a ayudar a los países pobres que fueron las "víctimas inocentes" de la crisis.El economista norteamericano recalcó que a principios de este año Washington aprobó "en una hora" un paquete de estímulo de 700.000 millones de dólares, el equivalente al total de ayuda externa global en una década. Dijo que eso invalida el argumento de que no hay dinero para el desarrollo. "Lo que uno se pregunta es quién está más necesitado, los países en desarrollo o los banqueros estadounidenses", subrayó.