Interiorismo en hoteles del mundo

Hace dos siglos y medio, en los edificios que albergan el Parador de La Granja (Segovia) habitaban los infantes Gabriel y Antonio, hijos de Carlos III, y su Guardia de Corps. Hoy, el establecimiento acoge a exigentes viajeros, los que aprecian el sabor de la ilustración y el clasicismo del edificio y los que valoran la modernidad de su interior. Diferentes formas de disfrutar del viaje, pero todos lo hacen a cuerpo de rey. El Parador de la Granja es uno de los proyectos que más satisfacen a Cidon B2B Interiores, la compañía que ha realizado el proyecto de decoración. Ha sido una mezcla de audacia y honestidad, haciendo 'una interpretación actual sin perder el sabor del siglo XVIII', declara Juan Pemán, copresidente de la firma.

Para Cidon B2B ha sido 'un reto y un sueño'. La compañía nació en 1994 especializada en la decoración de hoteles. Lo suyo son los paquetes llave en mano de decoración, es decir, no sólo el diseño sino también el suministro posterior de todo lo que viene determinado en el proyecto de interior (contract), para lo que cuentan con proveedores en todo el mundo. Además del Parador de la Granja, la empresa es responsable de la decoración de varios hoteles para las principales cadenas, entre los proyectos más recientes, la Plantación de Adeje y Tenerife Golf, del Grupo Vincci, ambos en Tenerife, o el Estrella de Mar, en Marbella, actualmente en ejecución.

El interiorismo de hoteles es en estos momentos una de las actividades más interesantes para arquitectos y diseñadores. Todo está relacionado con el deseo de viajar. Y los viajeros quieren que los hoteles en los que va a transcurrir su estancia respondan a un estilo de vida. 'Se pone de moda un estilo, un autor, los hoteleros se hacen eco y eso a la vez alimenta la demanda de los clientes', opina Juan Pemán.

Los actuales proyectos decorativos de hoteles en todo el mundo descansan en dos conceptos: tradición y modernidad. El Parador de la Granja, con muebles, lámparas, pinturas, esculturas, telas y tapicerías confeccionados artesanalmente en materiales nobles y estilo dieciochesco, pero adaptados a la comodidad actual, es un ejemplo, pero no el único.

Céline Collière ha encargado la decoración de su casa de huéspedes Ville de l'â, que inaugurará a principios del próximo mes de septiembre en la ciudad Patrimonio de la Humanidad de Essaouira (Marruecos), a la sociedad de Philippe Luciani. Las señas de identidad: la alquimia entre el carácter oriental y el espíritu colonial. Para Philippe Luciani, un especialista en la restauración y copia de piezas antiguas, será su primer hotel. Hasta ahora, Luciani y su mujer Sabine han participado en la renovación de residencias particulares y en proyectos para la familia real.

Céline Collière destaca que ha compartido con Philippe y Sabine Luciani la misma sensibilidad artística; la pareja, por su parte, no duda que Villa de l'â será uno de los lugares ineludibles de Essaouira. El hotel mantiene el estilo de una Riad (casa grande tradicional marroquí) del siglo XVIII con el confort de unas instalaciones modernas, en línea con las actuales tendencias de decoración de interiores.

Eduardo Lacroze, de la firma de arquitectos Lacroze-Miguens-Prati, con sede en Buenos Aires y oficinas en Nueva York y Panamá, señala que el minimalismo está dando lugar al diálogo entre el contenedor arquitectónico y un contenido con más participación de las artes decorativas, sin que necesariamente tenga que haber unidad estilística con la arquitectura. 'Se volverá a interiores con memoria histórica, pero sin estilismos. Artesanías y arte étnico integradas a un marco de contemporaneidad', asegura Lacroze.

El estudio ha diseñado muchos hoteles, pero considera ejemplares los interiores del Radisson Decapolis de Panamá, en colaboración con la firma de Bogotá Miguel Soto Casas, en la medida en que han logrado integrar contemporaneidad, tecnología, espacio arquitectónico y diálogo urbano.

Clasicismo y modernidad se alían a uno y otro lado del planeta. Así, en Kri:eit, una consultoría de diseño para desarrollos comerciales y residenciales creada en Singapur en 2003 y que trabaja principalmente en Asia, defienden que 'el diseño alcanza una nueva dimensión cuando las tendencias modernas se complementan con un tesoro de objetos recopilados en todo el mundo, mientras que combinamos los estilos clásicos con los diseños más avanzados en lujo y confort'.

Acometer la renovación de edificios históricos es uno de los grandes retos para los diseñadores, aunque si les ocurre como a Philippe y Sabine Luciani, que cuanto mayor es el desafío, más estimulados se sienten, hasta puede resulta divertido. En el caso del Parador de La Granja, un establecimiento con categoría de cuatro estrellas y 130 habitaciones, Juan Pemán señala que el edificio recio y el entorno sublime han ayudado bastante a su trabajo, frente a otras arquitecturas.

Eduardo Lacroze cree que el reciclaje de estructuras que ya existen para usos hoteleros es fascinante si el esqueleto del que se parte tiene carácter o historia. 'En ese caso, es más fácil la búsqueda de la identidad propia del proyecto', declara. En su opinión, la magia consiste en que lo nuevo y lo histórico deben asumir su protagonismo en el diseño 'mezclados, pero no revueltos'. Añade que Europa, en general, ha desarrollado una sensibilidad especial para el tema. Los diseñadores también tienen su parte de responsabilidad, evitando que su impronta adquiera más protagonismo que la historia del inmueble.

El papel de los diseñadores es dar respuesta a las ideas de sus clientes hoteleros y hacer coincidir la visión empresarial con la demanda del mercado. Juan Pemán recuerda que algunos clientes llegan con una idea y la alternativa que les acaban ofreciendo no tiene nada que ver con ella, aunque generalmente admite que los hoteleros suelen tener muy claro lo que quieren. Es un trabajo que requiere estar en permanente contacto con la gestión, así como con los responsables de las obras. 'Si tienes oportunidad de trabajar con el arquitecto desde el principio, fenomenal. El problema es cuando la obra ya está hecha'.

Los proyectos de la compañía abarcan el interior del hotel y la contrata de muebles y accesorios. Para ello, trabajan con proveedores en diversos puntos del mundo, fundamentalmente en Asia, por los menores costes de fabricación. Es difícil que el resultado final no guste, asegura. 'Si enseñamos algo en proyecto, sabemos que va a gustar. Cuando el trabajo se hace bien, la realidad supera el proyecto'.

En estos momentos, Cidon trabaja en el Hotel Estrella del Mar, en Marbella (Málaga), un establecimiento de cinco estrellas del Grupo Vincci, que abrirá sus puertas el próximo verano, al tiempo que está colaborando con el grupo Catalonia en la República Dominicana y México. Diseños de hoteles exquisitos, también fuera de nuestras fronteras.