Bush ofrece una segunda legislatura económica de corte ultraliberal

El debate económico ha estado casi ausente en la Convención Republicana, que anoche tenía previsto nominar oficialmente a George Bush como candidato a la reelección. Pero el propio Bush pensaba exponer sus ideas económicas para la segunda legislatura en el discurso de aceptación. Un modelo que tiene como base el concepto, ya ha esbozado en la campaña, de la 'Sociedad de propietarios' ('The Ownership Society').

Se trata de la continuación de algunas de las propuestas de la primera legislatura, que en muchos casos no se han puesto aún en marcha, con una vuelta de tuerca más. Según el Cato Institute, un think tank conservador, la sociedad de propietarios 'confiere poder a los ciudadanos al liberarles de su dependencia de las distribuciones del Gobierno mediante la propiedad individual'.

Y esta es la dirección en la que quiere trabajar Bush. Se espera que, además de volver a insistir en la necesidad de que los recortes de impuestos sean permanentes, Bush hable a los americanos, que gracias a los bajos tipos de interés han accedido en mayor número a la propiedad de una vivienda, de más incentivos fiscales para ahorrar e invertir, algo que hacen las clases media alta y alta.

El plan pasa además por una reforma de la Seguridad Social (el sistema de pensiones) porque aunque la mayor parte de los economistas cree que la caja no quebrará pronto, desde la Reserva Federal se advierte que hay peligro futuro de insolvencia. Bush quiere que se creen dos tipos de cuentas de ahorro, que permitan la inversión en los mercados, para el retiro y que estén libres de impuestos hasta una cierta cuantía.

El presidente quiere estas cuentas sean optativas pero su propuesta supone un cambio total del sistema. Los economistas advierten que la transición al nuevo modelo acarreará muchos gastos, casi dos billones de dólares, ya que habrá menos ingresos precisamente cuando han de hacerse los mayores desembolsos con el retiro de los llamados baby boomers.

No hay consenso sobre cómo financiar este gasto y menos cuando el presidente dijo que recortará el déficit a la mitad y ha comprometido inmensos gastos de futuro. Pero la propuesta puede ser atractiva para los jóvenes porque saben que no tendrán la pensión de sus abuelos.