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Certificación

Arquitectura verde para empresas: una colección de sellos de calidad

Primero fueron los sistemas de gestión ambiental como el ISO 14001. Hoy las entidades también quieren presumir de sede ecológica.

La eficiencia energética, el ciclo del agua, el volumen de residuos y la sostenibilidad de los materiales empleados son algunas de las variables que tienen en cuenta los nuevos certificados voluntarios de calidad en la edificación.

El norteamericano LEED lleva una década asentado en España y es especialmente codiciado por las grandes multinacionales. En 2003, el parque empresarial Alvento de Madrid, de Metrovacesa, se convirtió en el precursor europeo. Evalúa, además, espacios concretos y rehabilitaciones. De ahí que Inditex e Ikea se hayan interesado en registrar algunas de sus tiendas. Sus tarifas oscilan entre 1.250 y 22.500 dólares.

El decano internacional y el más prolífico es el Breeam, que llega a España tras la toma de contacto entre el Instituto Tecnológico Gallego y el Building Research Establishment (BRE), una organización británica. Las tasas son establecidas por los evaluadores, a los que Breeam España comenzará a formar próximamente. Dos centros comerciales de La Coruña, aún en construcción, son las únicas aportaciones nacionales, pero hay otros seis proyectos registrados.

El sello made in Spain viene de la mano del Green Building Council. Se conoce como Verde y es el único patrocinado por el Ministerio de Vivienda. Nació en 2002 como respuesta a las carencias de los certificados existentes respecto a las características y los factores específicos del territorio nacional. Sus precios varían entre los 1.500 y los 15.000 euros. Un plan de 20 viviendas en la localidad de Íscar (Valladolid) ha sido el primero en solicitarlo.

También existen herramientas públicas, como las desarrolladas por el Centro de Energías Renovables, el Instituto Valenciano de la Edificación o el Ihobe vasco. Ante tal proliferación, es comprensible que al promotor le cueste decidirse. Ramón Rodríguez, experto de la consultoría técnica ARUP, matiza que cada sello tiene sus fortalezas y sus debilidades. "El LEED es un modelo americano que no tiene demasiado en cuenta las particularidades del suelo y clima españoles, aunque en aspectos energéticos es más riguroso". El técnico vaticina un solapamiento de competencias, pero también cree que cada estándar se irá adaptando a su nicho. "Breeam tiene su punto fuerte en los edificios comerciales, LEED sobresale en adaptaciones parciales para grandes grupos, y Verde puede encontrar un buen futuro en viviendas", indica.

Un intento de aunar criterios y establecer un marco común ha tenido lugar en Francia. En el distrito financiero de La Défense, la locura de las etiquetas desembocó en una alianza británico-francesa que encontró el apoyo de la ONU y la UE. El resultado es la Sustainable Building Alliance, una red donde los certificadores entran en contacto con universidades, centros de investigación y comités de normalización. Alfonso Ponce, director general de la red, justifica su aparición en un panorama muy confuso. "Hay demasiadas marcas, pero no hay puentes técnicos", expresa. Y advierte que la recesión ha mermado la ambición ecologista. "Todo va a depender de cómo salimos de la crisis", sentencia.

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