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Artículos de lujo

Robo millonario en la joyería Harry Winston de París

Unos ladrones se han llevado artículos por valor de 62 millones de euros en la joyería Harry Winston de París.
Unos ladrones se han llevado artículos por valor de 62 millones de euros en la joyería Harry Winston de París.

Las autoridades de Francia sospechan de un grupo de delincuentes "muy profesional" como autor material del robo más importante de la historia de Francia, cometido por cuatro hombres que desvalijaron la lujosa joyería parisina Harry Winston, llevándose un botín valorado en unos 85 millones de euros.

A punta de pistola y en tan sólo 15 minutos, el grupo de delincuentes ejecutó una operación que había preparado al dedillo y que se desarrolló en una de las calles más exclusivas de París, en la que tienen también sus boutiques modistos como Gucci o casas de subastas como Artcurial.

Tiendas de "ultra lujo", como se define en su página de internet el establecimiento atracado, cuyo fundador, el estadounidense Harry Winston, sostenía que, "si pudiera, incrustaría los diamantes directamente en la piel de la mujer". En esa tienda es donde el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, le compró el anillo de pedida a Carla Bruni, actualmente primera dama del país, según la prensa del corazón.

El robo en la lujosa joyería se produjo el jueves a media tarde (aunque no se conoció hasta hoy), cuando unos atracadores arrinconaron a la quincena de empleados y clientes que se encontraban en ese momento en el interior del establecimiento, ubicado en la margen derecha del río Sena, a un centenar de metros de la avenida de los Campos Elíseos y del Arco del Triunfo.

Eran cuatro hombres, tres de ellos disfrazados de mujer, los que entraron en el local, situado a pie de calle en el número 29 de la avenida Montaigne del exclusivo distrito VIII de París, y protagonizaron el que ya se ha bautizado en Francia como el atraco del siglo.

Encañonaron a asalariados y compradores y llegaron a golpear a alguno de ellos. Vaciaron las vitrinas y, en un cuarto de hora, se dieron a la fuga con sus bolsas llenas de joyas. No dispararon un solo tiro.

Alguno de los ladrones hablaba francés y otros una lengua extranjera sin identificar, dijo uno de los testigos sobre el grupo de atracadores, que incluso sabía los nombres de varios empleados y conocía los escondites donde se ocultaban las joyas que no estaban a la vista. Los medios estimaron inicialmente el botín en 50 millones de euros, cifra que ha ido aumentando hasta los 85 millones que la joyería ha declarado a su aseguradora, según confirmó hoy la Fiscalía.

Al menos, ese es el precio que alcanzarían las alhajas si se vendiesen en el mercado legal, algo poco probable porque ni las joyerías ni las casas de subastas de prestigio adquirirán género marcado, cuyo origen es un sonado atraco.

El único robo similar en Europa tuvo lugar en 2003 en el Centro de Diamantes de Amberes, en el norte de Bélgica, cuando unos ladrones sacaron piedras preciosas de las cajas fuertes por valor de 100 millones de euros. Todavía no se ha encontrado a quienes perpetraron aquella hollywoodiense operación delictiva.

Los protagonistas del asalto de París tendrán que recurrir a mercados paralelos, dicen los expertos, quizás en Asia o Europa del Este, y probablemente desmontar y fundir la mercancía. De esa forma, el valor de las joyas en el mercado negro se situará "sólo" entre los 6 y los 24 millones de euros, según estimaciones difundidas hoy.

El suceso se produce, además, justo un año después de que la misma joyería sufriera un robo de más de 10 millones de euros en género y por cuya recuperación se ofreció una recompensa de 400.000 euros, sin que todavía se haya podido localizar la mercancía sustraída.

El de ahora es el segundo robo a una joyería del distrito en un mes y, dejando de lado su espectacularidad por la cuantía de la operación, preocupa a la asociación de joyeros, que alerta de que el número de atracos a mano armada en Francia ya superaba en octubre pasado la cifra de los 113 ocurridos en todo 2007.

La joyería Harry Winston -con boutiques en Los Ángeles, Nueva York, Londres, Pekín, Hong Kong y Tokio- habitualmente alquila joyas a las estrellas del celuloide para que las luzcan en la ceremonia de entrega de los Oscar de Hollywood.

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