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Actualidad

En el fraude en el seguro, justos pagan por pecadores

El riesgo de estafa encarece un 10% el coste de la póliza del automóvil.

La próxima vez que alguien le cuente que simuló un accidente para cobrar el seguro del coche, reclámele. Dado que este es un producto cuyo precio se actualiza una vez al año en función de una serie de variables, entre ellas el riesgo de estafa, la picaresca de esta persona le está costando a usted un 10% más en su póliza. Lo malo de seguir este consejo es que puede costarle algunos amigos ya que, agobiados por la falta de empleo, cada vez más españoles están defraudando a sus compañías de seguros. De acuerdo con ICEA, una cooperativa del sector, en el último año, el número de casos presentados en el ramo del automóvil ha sido de 89.248, "muy superior" a los 77.842 de 2009.

Es otra penosa consecuencia de la crisis. La cifra se incrementó un 30% en el caso particular de Línea Directa, compañía propiedad de Bankinter, que atribuye el fenómeno a la alta tasa de paro, la caída de las matriculaciones a mínimos históricos y el envejecimiento del parque automotor. "El fraude es más frecuente en los colectivos con los que más se ha ensañado la crisis", advierte Francisco Valencia, director de gobierno corporativo de la firma. Así, los jóvenes menores de 26 años representan el 38,5% de los episodios de estafa, mientras que las empresas con flotas de coches, especialmente pymes, suponen el 28,2%.

Otra firma del sector señala que de cada 100 siniestros declarados el año pasado 2,44 resultaron fraudulentos o pseudofraudulentos (el accidente sí ocurrió, pero la reclamación era infundada), en comparación a los 2,09 del ejercicio anterior. La empresa coincide en achacar este incremento a la recesión, pero también a una mayor dedicación al tema por parte de las aseguradoras y al reforzamiento de la colaboración con la policía.

Aunque el fraude afecta a todo tipo de pólizas, el ramo del automóvil suele concentrar el mayor número de casos. Según ICEA, el año pasado representó el 75,3% del total. Pese a que ya están acostumbradas a lidiar con esta práctica delictiva, el repunte del último año es una mala noticia para las aseguradoras de coches, cuyos márgenes de ganancia se están viendo erosionados por el traspaso constante de clientes -"un deslizamiento imparable", en palabras de Valencia- desde pólizas más caras (todo riesgo) hacia otras más baratas (seguros a terceros). En este contexto, Línea Directa estima las pérdidas causadas al sector por partes falsos en unos 780 millones de euros anuales, cifra que está por encima de la facturación anual de la gran mayoría de aseguradoras de autos del país. "El porcentaje de dinero que se recupera no es elevado", aclara.

En cuanto a los siniestros fraudulentos más frecuentes, la compañía precisa que los daños materiales representan el 96%, mientras que los corporales equivalen al 3,9%, aunque su coste medio es más grande. Entre los daños materiales, el engaño más generalizado es declarar perjuicios ajenos al siniestro (63% de los casos), en tanto que en daños corporales, la simulación de una lesión -un esguince cervical, por ejemplo- y la agravación de sus síntomas es la práctica más común, con el 96% de estafas detectadas. Por comunidades autónomas, el estudio de Línea Directa señala que Granada (3,09%), Ciudad Real (2,86%) y Málaga (2,8%) son las localidades donde esta práctica es más habitual, mientras que Ávila (0,19%), La Rioja (1,46%) y Albacete (1,49%) registran los índices más bajos.

Lo peor es que por su incidencia directa en el coste de la prima, al final justos terminan pagando por pecadores. En el caso de un seguro a terceros, por ejemplo, un conductor paga una prima media de 230 euros, de los cuales 25 euros corresponden a los costes asociados a la estafa.

"El fraude no es solo un delito contra nosotros. Es un delito contra la sociedad y contra los clientes honestos, que tienen que abonar un 10% más por sus primas", dice Valencia. "Por eso es importante que la sociedad tome plena conciencia de los perjuicios de este delito", añade. En el mismo sentido, desde otra aseguradora advierten que la estafa a las empresas de seguros no es todavía una práctica socialmente mal vista, por lo que consideran importante concienciar a la ciudadanía de que urdir engaños para intentar cobrar una póliza constituye un delito.

Tramas que involucran a talleres y peritos 16,0

Aunque el fraude se ha intensificado entre jóvenes y pymes en dificultades económicas, el que más preocupa al sector es el perpetrado por bandas organizadas, a veces en connivencia con talleres de reparación, peritos, médicos, abogados e, incluso, empleados de las mismas aseguradoras. "Si bien el número de partes falsos es menor, el coste que suponen es mucho mayor", explica Francisco Valencia, de Línea Directa.En febrero pasado, por citar un caso reciente, la Guardia Civil desarticuló en Orense (Galicia) una trama de estafadores que, en complicidad con un empresario dedicado a la importación de coches, cobraba indemnizaciones por accidentes que nunca habían ocurrido, pero ellos simulaban. Además, presentaban denuncias falsas en diferentes ciudades del país por el robo de vehículos de lujo que ellos mismos hacían desaparecer. Valiéndose de este tipo de triquiñuelas, en 11 meses, la banda llegó a cobrar más de un millón de euros en indemnizaciones.Según informó en su momento El Faro de Vigo, la policía detuvo a cinco miembros de la organización, incluyendo el empresario, pero en la trama estarían implicadas una treintena de personas en toda España, incluyendo trabajadores de desguaces, agentes de seguros, peritos, chóferes de grúa y particulares. La banda llegó a cobrar algunos siniestros hasta cuatro veces.millones de euros evitó pagar Línea Directa a defraudadores en 2010 descubriendo a tiempo la falsedad de los partes.

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