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Columna
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Tensiones de financiación

Ante el nuevo examen de España en los mercados, el autor se pregunta cuánto tiempo se puede aguantar con la prima por encima de los 500 puntos. Las necesidades de financiación y el volumen de vencimientos de deuda son claves.

Joaquin Maudos

Mañana la economía española se somete de nuevo al veredicto de los mercados. El Tesoro emite bonos y obligaciones en una semana de máxima tensión, con una prima de riesgo frente al bono alemán por encima de los 500 puntos básicos y con un tipo de interés del 6,5% en el bono a 10 años y del 5,1% en las obligaciones de 3 años. A tenor de los datos disponibles, ¿durante cuánto tiempo podemos aguantar esta situación?

La capacidad de resistencia de la economía ante niveles tan elevados de la prima de riesgo depende de sus necesidades de financiación y del volumen de vencimientos de deuda. En este segundo caso, en estos días en los que la prima de riesgo es la protagonista, hay una cierta confusión sobre la capacidad de resistencia del Tesoro como consecuencia del supuestamente elevado importe de deuda hasta ahora emitida. Son varias las voces que afirman que el Tesoro ha llenado la hucha en lo que llevamos de año, de forma que existe una cierta capacidad de resistencia para aguantar la actual prima de riesgo.

Las cifras que difunde el Tesoro en su página web indican que, hasta la fecha, se han emitido 82.461 millones de euros de deuda del Estado, lo que ha permitido hacer frente al 57% de los vencimientos (64.295 millones de euros). Ese elevado porcentaje se interpreta como una señal de holgura, dado que más de la mitad de los vencimientos de este año ya están amortizados.

Sin embargo, lo relevante no es tanto el porcentaje de vencimientos ya cubierto, sino el porcentaje que la deuda hasta ahora emitida representa en el total de las necesidades de financiación que incluye, además de los vencimientos de deuda, el déficit público del Estado. Si cumplimos el objetivo fijado para el Estado del 3,5% del PIB, tendríamos que emitir unos 35.000 millones de euros más de deuda, por lo que el porcentaje hasta ahora emitido representa el 45,8% de la necesidad de financiación.

Pero la historia no termina aquí, ya que el Estado también tiene que hacer frente al plan de capitalización del BFA-Bankia (19.000 millones de euros), lo que supone una necesidad adicional de 14.000 millones de euros, ya que el FROB dispone de unos 5.000 millones. Con esta nueva necesidad, el porcentaje de deuda emitida respecto a las necesidades de financiación se reduce al 42,5%.

A las cifras anteriores habrá que sumar tanto el déficit de las comunidades autónomas como la amortización pendiente de su deuda, puesto que en la actual coyuntura, en la que muchas regiones están en bono basura, la única solución a sus problemas de financiación es que el Estado salga en su ayuda, en una especie de hispabonos o algo parecido que cuente con el aval del Estado. En consecuencia, habrá que añadir unos 35.000 millones de euros de vencimientos de deuda autonómica y unos 15.000 millones de euros de déficit público (1,5% del PIB, que es el objetivo impuesto para 2012). En total, las necesidades de financiación aumentan hasta 245.000 millones de euros, lo que supone que la deuda hasta ahora emitida representa solo el 33,8% de las necesidades de financiación.

Desgraciadamente, la historia puede no terminar aquí. Si las dos tasaciones de los balances bancarios que están haciendo dos entidades independientes (cuyos resultados conoceremos a finales de junio) arrojan necesidades de recapitalización (algo más que probable), habrá que sumar la cifra al importe de deuda a emitir, salvo que ese capital (y el de BFA-Bankia) sea inyectado directamente por el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera. Como la probabilidad de que eso ocurra en este momento es reducida (ojalá cambien el diseño de ese fondo para evitar el estigma de la intervención del Estado), no tendríamos más remedio que asumir la recapitalización emitiendo más deuda. La cifra es desconocida, pero ya son varios los informes que sitúan la cuantía en unos 50.000 millones de euros, ya que el plan de saneamiento de BFA-Bankia ha puesto el listón muy alto al exigir una elevada cobertura con provisiones. Con estos 50.000 millones de euros, la nueva cifra de necesidad de financiación del Estado y las comunidades aumenta hasta 295.000 millones de euros, por lo que en lo que resta del año todavía quedaría por captar el 72% de la financiación.

En resumen, el mensaje optimista que reflejan algunos medios cuando afirman que la financiación para este año está muy adelantada o que el Estado no tendrá que hacer emisiones de gran tamaño en lo que resta del año se torna mucho menos optimista cuando se toma en consideración, no los vencimientos de deuda del Estado, sino la totalidad de las necesidades de financiación para 2012. De decir que ya tenemos cubierto el 57% de los vencimientos de deuda a decir que solo hemos captado el 28% de la necesidad de financiación para 2012 hay una gran diferencia.

En este contexto, ¿podemos aguantar mucho más tiempo con una prima de riesgo en los niveles actuales? La capacidad de resistencia depende de los vencimientos inmediatos de deuda. En junio, el Estado se enfrenta a un vencimiento de unos 9.000 millones de euros, cifra asumible. Pero en julio, el vencimiento es de 19.000 millones de euros. Si el Estado tuviera que emitir más deuda para poder socorrer a las comunidades autónomas y tuviera que empezar a desembolsar parte de las necesidades de recapitalización de BFA-Bankia, la tensión sería máxima y nos acercaríamos peligrosamente a la necesidad de pedir ayuda externa.

En cualquier caso, habrá que esperar a que se deshoje la margarita del sí quiero o no quiero seguir en el euro por parte de Grecia. Si la respuesta es no, el efecto contagio será inevitable, por lo que es vital que se prevean los cortafuegos necesarios, tanto por parte de la Comisión Europea como del Banco Central Europeo. En el primer caso, las esperanzas están en la próxima cumbre de la Unión Europea, donde se discutirán aspectos tan importantes como los eurobonos, el mercado único bancario y los mecanismos de supervisión bancaria europeos, la creación de un fondo europeo de garantía de depósitos, etc. Y en el caso del BCE, es necesario rescatar del aparente olvido el programa de compra de deuda (el llamado SMP), ya que la cuantía hasta ahora utilizada (212.000 millones de euros) es reducida. En cualquier caso, crucemos los dedos para que salga el sí quiero.

Joaquín Maudos. Catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia e investigador del Ivie

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