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Columna
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La tendencia inflacionaria de China

Es el momento en que China debe aprovechar su tendencia inflacionaria. Los precios al consumidor subieron un 4,4% en octubre en tasa interanual, a una distancia mínima del nivel de "zona de peligro" que apuntó recientemente un notable académico. Dicho de una manera más aterradora, si la tasa del último mes continúa durante todo el año, los precios subirían un 11%, y ya se comienza a hablar de los antiguos días malos de la inflación de 1990.

Hay tres razones por las cuales la inflación se ha situado en esa tasa. La primera es la abundancia de dinero. La expansión monetaria de China eclipsó la muy criticada expansión cuantitativa de la Reserva Federal de EE UU. Los bancos chinos han emitido un billón de dólares de nuevos préstamos en lo que va de año, casi la misma cantidad que la Fed estima inyectar al mes en el sistema financiero.

El aumento de los precios de importación está empeorando las cosas. La moneda china, atada al dólar, ha caído en términos efectivos, empeorando el efecto en la escalada de los alimentos y los costes energéticos. Mientras tanto, como el yuan se vuelve más barato, los extranjeros se sienten atraídos por las exportaciones chinas. Así, los fabricantes serán responsables de la vuelta de una revolución, elevando el riesgo de sobrecalentamiento económico.

No es demasiado tarde para actuar. Unas mayores tasas de interés sería un buen comienzo. Estas fueron elevadas un 0,25% el mes pasado, un pequeño aumento. La inflación sigue siendo muy superior al 2,5% de la tasa que los bancos pagan por los depósitos a un año. Es decir, la tasa de interés real es negativa. En una economía en la que el PIB crece a un 10%, las tasas podrían situarse cómodamente en el doble de su valor.

La apreciación de la moneda es también una necesidad. Esto abarataría las importaciones y controlaría al sector exportador. A pesar de la mayor apreciación en un día de la moneda esta semana, el yuan es apenas un 3% más fuerte que el dólar frente a lo que era hace dos años. Otro 3% para final de año puede ser apropiado. Pekín ha evitado estas dos medidas por algunas causas: las mayores tasas atraen especuladores y un yuan más fuerte supone el coste de puestos de trabajo a los exportadores. Pero los precios fuera de control son un enemigo mucho más real y peligroso en economías propensas a la inestabilidad social. El dato de octubre muestra que el problema no se aleja, y peor será la picadura ante la larga espera de las medidas políticas.

John Foley

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