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Columna
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Una relación 'win-win-win'

Está cerca el fin de la guerra del gas entre Rusia y Ucrania? Quizá si progresa un nuevo plan promocionado por Kiev. El nuevo Gobierno quiere un consorcio a tres vías, que incluyen a Rusia y la UE para gestionar la red del gas. El audaz plan podría poner fin a la batalla, dar seguridad a Rusia y a sus clientes, y evitar la necesidad de invertir en caros gasoductos alternativos. Pero la negociación no será fácil.

Las frecuentes guerras han resaltado la falta de confianza que podría mitigarse con una gestión conjunta de los gasoductos. El consorcio entre rusos y europeos, con la bendición de la UE, podría invertir dinero para mejorar la red ucraniana. Aunque para disipar las inquietudes internas sobre la posibilidad de conceder demasiado a Rusia, Ucrania mantendría la propiedad en última instancia. Otra ventaja para un Kiev, estrangulado financieramente, es que podría esperar que Moscú ofreciera precios menores para el consumo de gas de Ucrania.

El atractivo para Rusia y la UE es que podría trasladarse gas ruso a través de la ruta más económica. Debido al clima de desconfianza, Moscú ha impulsado un gasoducto para transporta gas a los Balcanes e Italia a través del Mar Muerto. Eso costaría entre 19.000 y 24.000 millones de euros -sólo la estimación oficial, que podría superarse con facilidad-. Mientras, la UE ha estado respaldada por el gasoducto de Nabucco de 8.000 millones de euros que podría transportar gas a través de Turquía.

Dicho esto, el plan se enfrenta a numerosos obstáculos. Rusia, que reconoce mantener a Ucrania en una situación difícil, juega duro. Buscará más concesiones antes que acordar conceder un descuento a Kiev en el gas. Mientras, la UE tendrá que estar convencida de que cualquier plan que implique a Ucrania exige esfuerzo, dada la inestabilidad crónica, la corrupción y la mala administración del país. No obstante, dado el potencial de un acuerdo win-win-win, vale la pena tratar de que esto suceda.

Por Jason Bush

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