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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Rajoy opta por un Gobierno de perfil Rajoy

La composición del equipo de Gobierno que Mariano Rajoy ha guardado hasta ayer bajo siete llaves ha sido objeto de conversación, elucubración e incluso apuestas en todo tipo de foros a lo largo de las últimas semanas. Consciente de una rumorología que crecía por momentos, pero aparentemente inmune a ella, el nuevo presidente ha manejado con criterio los tiempos antes de dar a conocer los nombres de quienes le acompañarán en el reto que acaba de asumir. El núcleo duro de ese equipo, dado a conocer entre una expectación sin precedentes, ha recaído en tres nombres: su mano derecha política, Soraya Sáenz de Santamaría, que asume la única vicepresidencia del Ejecutivo, así como las carteras de ministra de la Presidencia y ministra portavoz; y dos hombres sobre cuyas espaldas descansará el peso de la política económica y fiscal que determinará el futuro inmediato del país: Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, y Cristóbal Montoro, a quien Rajoy ha encomendado la cartera de Hacienda y Administraciones Públicas. Tanto uno como otro constituyen dos apuestas sólidas, de experiencia demostrada y perfil ajustado a las tareas que han de afrontar. El líder popular ha optado por la experiencia financiera de Luis de Guindos, ampliamente curtido tanto en el sector público como en el privado, para llevar a cabo uno de los principales retos de la legislatura: la culminación del saneamiento y reforma del sector financiero. Además de diseñar y ejecutar las grandes líneas de la política económica, De Guindos recibe una cartera en la que se incluye una de las asignaturas históricas que España tiene pendientes: la mejora de la competitividad. Por su parte, Cristóbal Montoro vuelve al Ministerio de Hacienda para convertirse en el guardián del gasto de una etapa marcada por la austeridad, a la vez que suma el peso de unas Administraciones Públicas cuya disciplina presupuestaria es clave para cumplir con las exigencias de Bruselas.

En línea con esa consigna de sacrificio y contención, el líder popular ha reducido las 15 carteras del último Gobierno a 13, de las cuales nada menos que seis están centradas en la economía, gran protagonista de una legislatura cuyo objetivo es poner en marcha un plan de choque contra la crisis. Se trata de una batalla con múltiples frentes para los cuales se han elegido perfiles sin excesivas sorpresas y de absoluta confianza por parte del presidente. Fátima Báñez se convierte así en titular de una cartera clave, que ha sido acertadamente rebautizada como Empleo y Seguridad Social, y que afrontará la exigencia de poner coto a la sangría del paro por medio de una reforma laboral eternamente pendiente. Industria, Energía y Turismo recaen sobre José Manuel Soria, que deberá resolver, entre otros deberes, la difícil ecuación del déficit de tarifa y de la reconversión del sector turístico, mientras que Ana Pastor se estrena como ministra de Fomento y Miguel Arias Cañete se hace con la cartera de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. La necesidad imperiosa de colocar un hombre fuerte en Bruselas, capaz de defender con firmeza y habilidad los intereses españoles, ha sido respondida con el nombramiento para Exteriores de José Manuel García-Margallo, cuya experiencia en el Parlamento Europeo supone una sólida credencial.

Con ese equipo económico, al que hay que sumar a Alberto Ruiz-Gallardón en Justicia; Jorge Fernández Díaz en Interior; Pedro Morenés en Defensa, Ana Mato en Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y José Ignacio Wert en Educación, Cultura y Deportes, Rajoy encara el próximo día 30 el primer Consejo de Ministros de la legislatura. Como ya adelantó en su discurso de investidura, el orden del día de esa reunión estará centrado en la aprobación de un real decreto-ley de medidas urgentes en materia económica y presupuestaria, que incluirá como primera decisión la prórroga de los Presupuestos actuales y un acuerdo de no disponibilidad del gasto. Además de esa obligada contención del gasto, es de esperar que las propuestas que se adopten en esa primera cita del Gabinete incluyan también incentivos al crecimiento, gran asignatura de la carrera de fondo que implica salir de esta crisis. La tarea que espera a este equipo gubernamental es sin duda de una complejidad extrema, pero implica al mismo tiempo un reto indiscutible y una oportunidad histórica.

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