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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un positivo reenfoque sobre España

La agencia de calificación Moody's ve "positivo" que España reforme la Constitución para recoger la limitación del déficit público. Según el acuerdo al que han llegado PSOE y PP, ese tope se fijará mediante ley en un 0,4% del déficit estructural global máximo del conjunto de las Administraciones. Para Moody's, "aunque habría sido preferible incluir el porcentaje máximo de déficit permitido en la Constitución, e introducir correcciones y mecanismos claros de sanción en caso de desviación, el anuncio es positivo para el crédito soberano de España".

A pesar de este deseo, lo que resulta innegable es que por fin -y por primera vez desde el inicio de la crisis hace cuatro años- llegan palabras de alabanza sobre España desde una agencia de rating. Cierto que para ello ha hecho falta un impulso desde el eje franco-alemán y una decisión de urgencia que ha hecho emerger divisiones de opinión internas en el partido del Gobierno -más por cuestiones de forma que de fondo- y además ha dado lugar a movilizaciones en la calle y generará más aún -CC OO y UGT ya las anunciaron ayer-. Pero considerar que la reducción del déficit solo se logrará si se deteriora el tejido económico y social y si se atacan los intereses de los trabajadores, de los jóvenes y de las mujeres, como se oyó ayer desde el campo sindical, es, cuando menos, tan absurdo como preguntarse para qué sirve hacer elecciones si a la hora de decidir no se tiene en cuenta a los ciudadanos. ¿A quien representan entonces los miembros de las Cortes?

A pesar de la polémica nacional que se ha organizado, en gran parte por motivos meramente ideológicos y olvidándose de las serias dificultades que atraviesa España, la medida es positiva. Primero, porque se implementa con el consenso entre los dos principales partidos y como parte de una hoja de ruta europea. Y, además, porque es generadora de confianza al demostrar que en España se cree en la disciplina fiscal. Y conviene no olvidar que, pese a la pérdida de credibilidad de las agencias de rating por su ineficaz comportamiento en esta crisis, sus palabras siguen moviendo los mercados. Y, en todo caso, situaciones excepcionales requieren medidas excepcionales, pese a que hay algunos que aún no se han enterado.

En cuanto a la posición de Moody's, es doblemente positiva. Porque la agencia puso en revisión a finales del pasado julio la calificación de riesgo de España para una posible rebaja, basándose en las dudas sobre la capacidad del Gobierno para lograr sus metas fiscales. Aunque sigue abierta la puerta a una nueva rebaja, con el aumento de coste que eso significa para las arcas del Estado y de las empresas, cualquier lectura positiva les resta posibilidades.

La decisión de poner constitucionalmente un techo al déficit público, anunciada la semana pasada por José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso, tras un pacto previo con el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y con el candidato socialista a las elecciones del 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene como lectura inmediata lo que significa de disciplina presupuestaria. Pero a la vez enseña a los mercados una vocación de consenso, insistentemente defendida desde estas páginas, que siempre ha dado fruto a España. Moody's lo resume como "un compromiso de todos en favor de la disciplina fiscal". Es deseable que así sea.

El reenfoque de Moody's es el primer cambio a mejor sobre España en los últimos tiempos. La misma agencia causó conmoción el pasado marzo al rebajar la nota a España en medio de una seria tormenta de deuda y atacó directamente a la credibilidad del sistema financiero español, al poner en duda los cálculos del Banco de España sobre las necesidades de capital de los bancos y las cajas de ahorro. Los recortes por Standard & Poor's y de Fitch aumentaron la falta de confianza en los mercados de deuda españoles. El hecho de que la medida afecte, además de a la Administración central, a las territoriales también es visto acertadamente con interés positivo por la agencia. La financiación local es una de las asignaturas pendientes de España, pero el elevado gasto autonómico, es visto desde el exterior como un serio problema sin solución a la vista.

Conviene no olvidar, no obstante, como hace Moody's, que una regla fiscal no resolverá los actuales problemas, como limitar el aumento del gasto. Solo las reformas urgentes y valientes servirán para enderezar una economía anémica.

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