_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El motor de la UE, en punto muerto

Alemania cree que los europeos del sur no trabajan, disfrutan de demasiadas vacaciones y se jubilan anticipadamente. También sospechan que no son muy limpios, como demuestra las dudas iniciales sobre los pepinos españoles en el brote de E. coli. España, Italia, Grecia y Portugal, a cambio, no soportan la arrogancia de Alemania y el modelo imperialista sobre la política económica europea. Los Gobiernos europeos están a la greña sobre las políticas de inmigración. Los acuerdos de Schengen han sido criticados y podrían ser revisados. Cuatro años de crisis financiera parecen disolver el cemento europeo lentamente.

Olvídese de los desequilibrios financieros globales, las tensiones proteccionistas o el alza del precio del petróleo. En los últimos meses, la auténtica amenaza a la cohesión europea ha venido de los propios europeos. La crisis de deuda de la zona euro ha revelado una importante falla entre los países deudores y acreedores, y ha descubierto el defecto estructural de la unión monetaria -la ausencia de una política económica común-. Esto era conocido antes de la crisis, aunque los mercados no se dieron cuenta. La novedad es que el motor de la integración europea -que históricamente siempre ha estado impulsado por la voluntad política- parece estancarse.

La actual falta de líderes fuertes en Europa explica en parte esta crisis existencial. Hay Gobiernos débiles en España e Italia, y nacionalmente obsesionados en Francia y Alemania. Los partidos populistas están en auge en todo el continente, algunos con campañas antieuropeas feroces.

Europa se construyó sobre la crisis, conflictos, confrontación y compromiso. Pero actualmente no tiene líderes decididos a mirar más allá de la próxima encuesta de opinión. Es duro imaginar a François Mitterrand y Helmut Kohl, que encabezaron Francia y Alemania en los ochenta y llegaron a construir la Unión Monetaria, dirigiendo la crisis del euro tan débilmente como Sarkozy y Merkel. No hay duda de que la gente está cansada de los esfuerzos después de años de mala administración y crisis. Pero es en momentos como estos cuando la fatiga necesita ser superada por el liderazgo.

Pierre Briançon

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_