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Columna
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Una moda no solo de banqueros

Los conglomerados han caído en desgracia. De ahí que compañías como Hewlett-Packard (HP), Kraft Foods o ConocoPhillips hayan decidido romperse en pedazos en las últimas semanas. Es tentador pensar que solo los banqueros de Wall Street, que ayudaron a juntar estos descomunales grupos, sean los que más se benefician de esta tendencia. Pero un par de ejemplos -Marathon Oil y Motorola- sugiere que los inversores lo hacen también.

La magia parece necesitar tiempo, y resultados concretos, para funcionar. Las acciones de HP y de ConocoPhillips, por ejemplo, han tenido un desempeño inferior en el mercado desde que anunciaron su separación. Las acciones de Kraft subieron un poco en términos de ajuste de mercado, pero las acciones de Fortune Brands, que ha trabajado todo el año en la escisión, están todavía por debajo de donde empezaron.

Marathon Oil, es otra historia. Los accionistas que ahora tienen participaciones de Marathon Oil y Marathon Petroleum han visto incrementar un 10% el valor respecto al momento justo antes del anuncio de separación.

Los propietarios de Motorola, convertida en Motorola Mobility y Motorola Solutions en enero, ahora tienen acciones que valen más del 20%, en términos de mercado ajustado, antes de que la separación se pusiera en marcha en marzo de 2008. La ganancia no surgió hasta la ruptura completa. Gran parte de la cual, de hecho, se debe al acuerdo reciente con Google para comprar Motorola. Pero eso es a menudo el punto de partida de una separación -hace que las piezas individuales sean más apetecibles-. Los inversores pueden impacientarse esperando que se produzcan las separaciones anunciadas. Y algunas, incluso cuando lo hayan hecho, puede que no vean nunca mucho beneficio. Pero las cifras de estas grandes separaciones sugieren que los inversores esperarán -al menos hasta que se completen las rupturas-.

Por Richard Beales

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