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Tribuna
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Mayoría holgada y acción de Gobierno

El 20 de noviembre de 2011 el Partido Popular logró una holgada mayoría parlamentaria en las elecciones generales. La crisis económica y, lo que es más importante, la gestión que de la misma hizo el Gobierno de Zapatero, acabó precipitando un contundente triunfo del PP y una estrepitosa derrota del PSOE. Otras fuerzas políticas, como IU, cosecharon un buen resultado multiplicando casi por dos el número de votos y por seis el número de escaños.

Mucho se ha escrito sobre la urgente agenda política del Gobierno que se forme en las próximas semanas y que estará presidido por Mariano Rajoy. Algunos no han perdido ocasión para empujar al PP a drásticas políticas de ajuste en materia económica y laboral, incluso antes de confirmarse su victoria en las urnas. Otros han seguido a lo suyo: golpear la solvencia de nuestro sistema económico y financiero y colocar la prima de riesgo a los pies de los caballos. Y que nadie espere una conducta responsable y coherente de los mercados; si se cierra un capítulo de la crisis abrirán otro, con tal de marcar ellos el camino de salida: menos déficit, más paro y menos gasto social.

Hace ya varios años que CC OO advirtió de la debilidad de nuestro patrón de crecimiento y de las consecuencias de sumar a la crisis financiera internacional el agotamiento de nuestro modelo productivo. Poco o ningún caso se nos hizo. Ahora la deuda española en circulación, aun siendo inferior a la media comunitaria, conoce un elevado crecimiento dinámico que está acompañado de un gran componente estructural de déficit (mayor tamaño del gasto en relación con sus ingresos, o insuficientes ingresos en relación con las políticas de gasto). Igualmente, el endeudamiento de los agentes económicos privados se mantiene en volúmenes muy altos y el sector financiero sigue embarrancado porque mantiene una concentración demasiado elevada de riesgo inmobiliario en sus activos y no es capaz de absorber en sus balances las abultadas pérdidas.

Así las cosas, no cabe esconder la cabeza bajo el ala e ignorar la responsabilidad de gobernar con el mayor consenso posible. CC OO y el movimiento sindical europeo creen que en la actual situación es imprescindible hacer compatible la reducción del déficit y la reactivación económica para crear empleo. Por eso planteamos:

l Ampliar en la Unión Europea el plazo para la consolidación fiscal (3% del PIB en 2014) con objeto de combinar la disponibilidad de algunos márgenes de actuación fiscal para alcanzar mejores tasas de crecimiento económico

l La creación de una tasa sobre transacciones financieras a corto plazo, que tiene la virtud de dificultar operaciones sin repercusión positiva sobre la actividad productiva, con un potencial de recaudación de recursos. Este impuesto podría ser el inicio de un sistema tributario supranacional en la UE

l La consideración supranacional de este impuesto permitiría fortalecer las políticas comunes en la Unión Europea: infraestructuras, defensa y representación exterior, contando con un presupuesto comunitario más ambicioso que el actual

l Articular un sistema de control y regulación del sistema financiero de carácter y gestión supranacional que permita combatir crisis como la actual y mejorar la eficiencia de su funcionamiento.

Soy consciente de que estas son medidas que han de abordarse en el escenario de la Unión Europea, lo que exige mayor integración europea y más capacidad política, fiscal y financiera de la UE, una tarea que deberá promover el nuevo Gobierno.

Sabemos que en España, a los desequilibrios anunciados, hay que sumar un tejido productivo insuficiente que, después de sufrir una profunda modificación al desaparecer el excesivo sesgo inmobiliario, se muestra incapaz de crear empleo y mantiene, además, un saldo negativo en la balanza de bienes y servicios con el exterior, a pesar de sufrir un nuevo descenso en la actividad en 2010 y en lo que llevamos de 2011.

En el ámbito nacional, CC OO cree que la prioridad es impulsar un plan concertado por el empleo y la cohesión social. Es ya insoportable la tasa de paro, sobre todo para las personas que lo sufren. Lo propusimos hace dos años y lo volvemos a hacer ahora: el nuevo Gobierno debe liderar una negociación sostenida con las organizaciones sindicales y empresariales, con las fuerzas políticas y las instituciones del Estado, especialmente las comunidades autónomas, para poner freno a la sangría del paro y reactivar nuestra economía creando empleo. En este empeño estamos dispuestos a participar hasta donde sea necesario, conscientes de que hay que corregir el rumbo de la política económica y laboral seguida en los últimos años.

Ignacio Fernández Toxo. Secretario general de CC OO

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