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Columna
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'Juego de gallinas' entre Grecia y la UE

La eurozona no está preparada para un juego de gallinas con Atenas. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy han amenazado con desentenderse de Grecia si ésta no respalda el último plan de rescate. Pero Europa no está preparada para una reacción virulenta. Con apenas un mes para actuar y un historial de toma de decisiones disfuncional, existe un gran riesgo de un megacrash.

El Gobierno griego puede estar a punto del colapso. De producirse, podría ser algo bueno. Lo más probable es que se convocaran elecciones y el referéndum quedara aparcado. Existe la posibilidad de que el nuevo Gobierno volviera a algún tipo de plan de reestructuración de deuda combinada con austeridad. Pero no puede asegurarse este escenario relativamente optimista. Sin una inyección de efectivo, Grecia probablemente suspenderá pagos e incluso podría dejar el euro. El resto de Europa no está tan bien como para manejar el contagio. Sus bancos no están adecuadamente capitalizados. El Gobierno de Silvio Berlusconi es incapaz de atajar la carga de la deuda. Y el Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera (FEEF) no supone una red de seguridad.

Merkel y Sarkozy hablan de acelerar el plan de la cumbre del euro de la semana pasada. Pero esto sería inadecuado si Grecia quiebra. La recapitalización bancaria necesita doblarse hasta los 200.000 millones de euros e implementarse ahora, en lugar del próximo junio. Se necesitan nuevos planes de contingencia para facilitar préstamos a largo plazo a los bancos y apalancar el FEEF. Los planes actuales basados en elaborada ingeniería financiera no pasarán el examen. La única manera práctica de reforzar estas defensas sería liberar el poder del Banco Central Europeo de imprimir euros.

No hay evidencia de que Europa esté preparada para aceptar este tipo de planes de contingencia. Lo más difícil sería convencer a Alemania y al BCE para que este actuara más generosamente como prestamista de último recurso. Pero la cuestión italiana seguiría sin respuesta. El resto de Europa no querría dar un cheque en blanco a menos que el Gobierno de Berlusconi comience a cumplir con sus promesas. Aunque Europa pudiera estar lista para un juego de gallinas con Atenas, hacer lo mismo con Roma sería diferente.

Por Hugo Dixon

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