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Columna
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La influencia del FMI en la crisis del euro

Actuar más rápido, ser más audaz y aprender de la crisis. Este es el consejo del Fondo Monetario Internacional (FMI) a Europa antes de la cumbre crucial del 16 de diciembre. En esta cita, los líderes de la Unión Europea han de alcanzar un acuerdo sobre la reforma de la gobernanza fiscal de la zona euro. Europa -sugiere el FMI- necesita elevar el fondo de rescate y otorgarle una mayor flexibilidad para afrontar los problemas bancarios, mientras que el Banco Central Europeo debe considerar la intensificación de su programa de compra de bonos soberanos.

Las medidas son bastante polémicas entre los miembros del euro, pero es probable que la influencia del FMI configure el resultado del debate. Incluso podría ayudar a centrar a los países del euro en las medidas que debe tomar para evitar una grave crisis fiscal en el futuro.

Por encima de todo, la intervención del FMI puede ayudar a acabar con el aislamiento relativo de Alemania en el bloque de la zona euro. Esto puede parecer paradójico, ya que lo que el FMI señala es que Alemania se opone formalmente. Pero al insistir -en sintonía con la antigua posición alemana de que la eurozona necesita herramientas más fuertes en materia de disciplina fiscal para evitar colapsos futuros- el organismo ha ayudado a diseñar un posible compromiso.

Europa sería más creíble en el corto plazo si su fondo de rescate puede asumir una mayor crisis de deuda soberana. En otras palabras, para rescatar España. Pero en el mediano y largo plazo, Europa debe mejorar la coordinación presupuestaria y, con más urgencia, fortalecer su disciplina fiscal.

El FMI, junto con el BCE, está preocupado porque esta no es la dirección que está tomando por ahora la zona euro. El diluido acuerdo entre Nicolas Sarkozy y Angela Merkel del pasado 18 de octubre proponía sanciones automáticas contra los gobiernos díscolos -una concesión otorgada por la canciller alemana a cambio de que el presidente francés apoyara su idea de un mecanismo de resolución de la deuda-.

Detrás del aluvión de declaraciones oficiales, hay indicios de que Alemania podría estar listo para escuchar las sugerencias de sus socios sobre la necesidad de un fondo de rescate más convincente. Ahora le toca a los líderes del euro mostrarle a Berlín que esto sería una buena inversión para apaciguar los temores de que la despreocupación fiscal seguirá siendo la regla.

Por Pierre Briançon

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