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Tribuna
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¿Más impuestos? Un falso debate

En plena canícula veraniega los medios de comunicación han recogido manifestaciones contradictorias de algunos políticos sobre la necesidad de incrementar los impuestos. Lo publicado tiene una apariencia más propia de agendas políticas que de un debate riguroso sobre los retos de nuestro país. Si la respuesta son los impuestos, ¿cuál es la pregunta? El debate debería ser ¿cómo vamos a reducir el déficit? tanto por su magnitud como por la presión internacional para mantener la estabilidad financiera.

Recordemos que los componentes del déficit son los ingresos pero también los gastos. El gasto público requiere de profundos ajustes todavía no abordados, ni por el Gobierno actual ni por los anteriores, en la asignación de recursos, en sus estructuras, en la prestación de servicios públicos, en su optimización y eficiencia.

Un ajuste que el sector privado ha debido ya abordar: adaptando capacidades, con nuevos mercados, innovando, reduciendo costes o, lamentablemente, cerrando empresas y con más de 10.000 concursos de acreedores presentados en los últimos tres años, acabando la mayoría de ellos en liquidación.

Volviendo a los ingresos, tras la revisión de la tributación indirecta con un Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que nos acerca al promedio europeo del 20%, parece que ahora el foco se dirige a la directa. La obsesión por los tipos impositivos esconde que los ingresos tributarios son fruto del producto de aquellos tipos por las rentas generadas. Especial atención debería merecer la nada despreciable cantidad ausente de las rentas procedentes de la vergonzante economía sumergida.

Uno de los argumentos esgrimidos es la menor presión fiscal de España en relación con los demás países. Dato que no significa necesariamente que los españoles paguen menos, sino también que su renta nacional y sus ingresos tributarios, debido a la cruda crisis vivida, han disminuido notablemente. Si lo que se compara es la tributación directa y los costes de seguridad social en relación a los ingresos por trabajo, España con el 38,2% está por encima de la media de los países de la OCDE, y también el tipo marginal del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el 43%, está por encima de la media.

Según datos de la Agencia Tributaria, en España hay 1.380.000 empresas que presentan el Impuesto sobre Sociedades, de las que un 93% son pymes, generadoras de más del 80% de empleo. Son empresas que debido al escenario recesivo han debido hacer frente a los ajustes que comentábamos y, por lo tanto, precisan de los poderes públicos más incentivos y estímulos y menos incertidumbres.

Si el objetivo es reducir el déficit, debe abordarse integralmente, ajustando el gasto público, particularmente el no productivo, buscando el máximo nivel de eficiencia. En cuanto a los ingresos, en el entorno de recesión o de recuperación incipiente, no parecería demasiado sensato recuperar el equilibrio presupuestario a costa de los que ya contribuyen, ni tampoco de los que crean y pueden crear más empleo y renta, sino tomar medidas que fomenten dichas actividades.

Daniel Faura Llimos. Presidente del Col-legi de Censors Jurats de Comptes de Catalunya y socio director de Faura-Casas, Auditors Consultors

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