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Tribuna
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El imparable ascenso de la mora bancaria

El boletín estadístico del Banco de España nos ha vuelto a dar un buen susto; la tasa de morosidad de las entidades financieras se ha disparado en el mes de agosto hasta alcanzar el 5,61% de los créditos concedidos. Salta a la vista que la mora bancaria no se tomó unas merecidas vacaciones este verano, ya que ha alcanzado un alza porcentual que no se veía desde 1996. Por más que los porcentajes de créditos dudosos puedan parecer preocupantes, en mi opinión lo que es muy alarmante es el volumen en cifras absolutas de los impagados que sufren las entidades bancarias. Los impagos a la banca han vuelto a superar por tercera vez en este año la barrera mítica de los 100.000 millones de euros. En agosto el total de créditos dudosos del conjunto de las entidades crediticias ha llegado a los 102.502 millones de euros, lo que se acerca a un 10% de nuestro PIB; esto no es moco de pavo. Aunque las comparaciones son odiosas, si nos remontamos a principios de 2007, el importe de créditos morosos era de tan sólo 10.859 millones de euros; así pues en tres años la mora bancaria casi se ha multiplicado por diez.

Ahora bien, si diseccionamos estos 102.502 millones de euros de morosos, podemos patentizar que aproximadamente el 70% corresponde a créditos destinados para financiar actividades productivas. Al propio tiempo casi un 49% de toda la masa de créditos morosos corresponde a la construcción y a las actividades inmobiliarias, por lo que la parte del león de la mora bancaria se la adjudica sin discusión el ladrillo español. En cambio, los probos padres y madres de familia que no pueden pagar las hipotecas de sus hogares representan un mero 16% del pastel de la morosidad financiera.

Con respecto a la morosidad bancaria, los expertos afirman que si la banca no hubiera hecho un esfuerzo extraordinario para reducir los riesgos de impago, en estos momentos bien podríamos estar en un 10% de tasa de dudosidad. Sin embargo lo peor está todavía por llegar, pues una regla no escrita pero basada en la experiencia de crisis anteriores nos ha dejado la conclusión de que el pico de mora bancaria surge medio año después de la cresta de paro. Podemos comprobar que el desempleo no ha llegado todavía a su mayor nivel en 2010, por lo que seguramente hasta 2011 no alcanzaremos el mayor número de parados. En consecuencia, la mora bancaria todavía no ha llegado a su máximo nivel por culpa de la crisis.

Con todo, no hay que confundir créditos morosos con créditos incobrables, puesto que un gran porcentaje de estos dudosos se acabará recuperando tarde o temprano, ya que muchos de estos préstamos impagados están garantizados con hipotecas, prendas, fiadores o avales y también por el artículo 1.911 de nuestro decimonónico Código Civil. Esta norma jurídica reza: "Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes, presentes y futuros". Consecuentemente, mientras el moroso siga con vida hay esperanzas de recobrar la deuda, puesto que en España las deudas no caducan nunca, sólo prescriben por negligencia del acreedor.

Así las cosas, con el tiempo y mediante buena gestión recuperatoria, las entidades bancarias acabarán rescatando una gran parte de estos impagos, que hoy por hoy constituyen un colosal lastre para nuestro sistema financiero

Pere Brachfield. Morosólogo y profesor de EAE Business School

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