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Columna
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¿Por qué hay diferencias en el paro en la zona euro?

Los últimos datos de coyuntura económica conocidos recientemente nos han suministrado dos noticias: una buena y la otra mala. Empezaremos por comentar la buena noticia. Según los servicios públicos de empleo, el desempleo registrado se ha reducido en abril en más de 64.000 personas, el mayor descenso en un mes de abril desde 2006, en plena bonanza económica, hasta alcanzar un total de 4,2 millones de desempleados. Por otra parte, la afiliación a la Seguridad Social aumentó en más de 81.000 afiliados ocupados.

En el lado opuesto, la noticia mala nos la suministra la encuesta de población activa (EPA) con un incremento del desempleo en el primer trimestre de 213.000 personas, hasta alcanzar una tasa de desempleo del 21,2% y una reducción del empleo, en los últimos 12 meses, del 1,3%.

En este sentido, actualmente existe un intenso debate entre los expertos que consiste en comparar y explicar las causas de las diferencias de tasas de paro de España, frente a países de la zona euro.

Hay que mencionar que una de las razones fundamentales del mayor volumen de desempleo y del menor nivel de crecimiento en España es debido fundamentalmente al excesivo peso económico del sector de la construcción comparado con nuestro entorno. Su aportación en términos de valor añadido bruto es del 11,4%, frente al 6,4% de la zona euro. Además, también debemos considerar la estructura sociológica de los países en cuanto a la cultura de la vivienda. En España, el 80% del parque inmobiliario es de propiedad, frente al 40% de Alemania y otros países de la zona euro. Ello tiene implicaciones en la propia movilidad de los trabajadores debido a que al tener una vivienda en propiedad resulta más difícil efectuar cambios de domicilio y, sobre todo, cuando se están pagando hipotecas se tienen muy en cuenta los costes de oportunidad. De este modo, lo que en su día sirvió para alcanzar elevadas cotas de crecimiento actualmente se ha vuelto en contra con importantes reducciones del crecimiento.

Según el Banco Central Europeo, la pronunciada desaceleración del crecimiento del empleo observada en la construcción desde 2008 se produjo tras varios años de rápido crecimiento en este sector. La disminución del empleo en la construcción es particularmente pronunciada en los países de la UE en los que el empleo agregado ha caído en mayor medida, es decir, Irlanda y España, reflejo, en parte, de una rápida corrección del anterior sobrecalentamiento del sector inmobiliario. En España, la construcción aglutina el 73% de la pérdida total de empleos en 2010 y para 2011 lleva el mismo camino. Así, en el primer trimestre, las tres cuartas partes de la pérdida del empleo corresponde al sector de la construcción.

La elevada concentración sectorial de la pérdida de empleo observada durante la reciente recesión plantea importantes desafíos respecto a la velocidad a la que los trabajadores desplazados del mercado laboral podrían ser absorbidos a largo plazo. En este sentido, la formación profesional debe jugar un papel crucial con el fin de transferir a los trabajadores desempleados de la construcción (1,5 millones) a otros sectores.

Además de todo ello, debemos de tener en cuenta que la presión fiscal en muchos países de la zona euro es muy superior a la española, por lo que cuentan con unos potentes Estados del bienestar. Por ejemplo, desde hace años funciona en muchos países la Ley de Dependencia. En estos casos, los enfermos y personas mayores son cuidados por profesionales y no por las familias, lo que conlleva a niveles muy importes de creación de empleo.

Por todo ello, se hace necesario adoptar medidas adicionales de fomento de la formación, dirigidas a trabajadores y trabajadoras desplazados del mercado laboral, sobre todo del sector de la construcción, y diseñadas para incrementar la eficiencia en la búsqueda de empleo. Vivimos un cambio de época que hace necesario identificar y abordar nuevas maneras de aprender y trabajar. Pero si queremos construir una sociedad cohesionada, estos cambios solo se podrán gestionar en un marco conjunto de amplios consensos entre el conjunto de los actores sociales. El ministro de Educación dijo recientemente que hay que situar la educación en el corazón de la economía. Con educación y formación tendremos sostenibilidad y crearemos empleabilidad.

Vicente Castelló. Profesor de la Universidad Jaume I de Castellón

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