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Columna
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Grecia requiere de apoyo

Grecia necesita un estímulo positivo. No lo tuvo en la última reunión del Eurogrupo. Aunque podría alcanzarse un acuerdo la semana que viene, se arriesga a ser una chapuza. El Fondo Monetario Internacional, que está exigiendo un plan adecuado para que la deuda de Atenas sea sostenible, debe mantenerse firme.

Tanto el gobierno griego, como el Eurogrupo y el FMI tienen más o menos la misma visión sobre cómo evolucionará la deuda griega. Llegará al 190% del PIB en 2014 antes de caer hasta el 140-150% en 2020.

Pero estas previsiones dependen de que el crecimiento realmente vuelva. Es cierto, la competitividad griega está mejorando al reducirse los costes laborales. La liquidez de la economía debería también mejorar una vez que Atenas reciba el próximo tramo de ayuda de 44.000 millones, que será usado para recapitalizar los bancos del país y reducir el montón de facturas sin pagar.

Pero un crecimiento duradero del PIB requiere un retorno de la confianza. Y va a ser difícil, siempre y cuando Grecia mantenga esa carga tan grande de deuda. El Eurogrupo ha estado discutiendo vías para recortar la deuda sobre el PIB hasta el 120% en 2020, como utilizar los beneficios del BCE sobre los bonos griegos para recomprar deuda privada con descuento. Dada la falta de voluntad de Alemania para hacer una quita de sus préstamos a Grecia, alternativas como esa parecen la mejor vía.

Sin embargo, cada elemento debe ser ajustado al máximo. El Eurogrupo debería prometer una quita adecuada de la deuda en manos de sus miembros en un par de años, a cambio de que Atenas continúe con su programa de reformas.

Jean-Claude Juncker, jefe del Eurogrupo, dijo después de la última reunión: "Grecia ha cumplido. Ahora nos toca a nosotros". Eso significa idear un plan que restablezca la confianza en lugar de condenar a Atenas al purgatorio de la deuda perpetua. Resolver el problema griego no solo interesa a sus habitantes, sino a toda la zona euro.

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