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Tribuna
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Formas de comunicación y estilos de vida

Las nuevas demandas de los usuarios están provocando una transformación revolucionaria en el mercado de las 'telecos'. El autor sostiene que se trata de un cambio fundamental en el modelo de negocio de los operadores y que está detrás de las fusiones y reorganizaciones que hoy vive el sector.

La tendencia mundial en el sector de las telecomunicaciones se centra hoy en proporcionar a las personas una experiencia de comunicación fundamentalmente ubicua y adaptada a su estilo de vida. De hecho, casi por primera vez, el negocio de los operadores se construye desde las necesidades de sus clientes y no desde las capacidades de unas tecnologías u otras. Esta realidad deja anticuadas las definiciones de operador fijo y operador móvil, y abre paso al nuevo concepto de convergencia entre redes móviles y fijas que es el cambio obligado para lograr una mayor eficiencia tecnológica y operativa.

En este contexto, las compañías del sector están preocupadas por cuatro aspectos fundamentales: proporcionar una experiencia continua al usuario final, prestar servicios combinados, desarrollar una red con un núcleo común más eficiente, y ofrecer dispositivos y terminales (desde PDA y teléfonos móviles hasta televisores) con capacidades IP.

Sin duda, la comunicación sería más sencilla si cada individuo tuviera sus propios sistemas de comunicación personales y pudiera combinar su servicio de llamadas telefónicas con el de navegación por internet y el de visualización de programas de televisión para conseguir servicios personalizados. Para afrontar la implantación de estos nuevos servicios multimedia es necesario desplegar nuevas infraestructuras y apostar por tecnologías innovadoras. En este sentido, se observa la necesidad de dotar a la red de una infraestructura eficaz y versátil en la que se puedan desarrollar servicios, independientemente de la forma en que el usuario se conecta a la red, y sea posible combinar distintos tipos de servicio en función del usuario y del contexto en el que éste se encuentre. En este entorno, la arquitectura de referencia para los próximos años es IMS (IP Multimedia Subsystem)

Los servicios a los que se podrá acceder tendrán mucho más valor para el usuario que los actuales, ya que estarán adaptados a las necesidades especificas de cada grupo y personalizados en función de diversos parámetros (como su localización física, el momento en que uno haga uso del servicio, el dispositivo que se utilice para acceder al mismo…).

Veamos algunos ejemplos prácticos de los servicios que permite la flexible y eficiente tecnología IMS. Por ejemplo, que un padre o tutor pueda limitar el uso del teléfono de su hijo adolescente mientras que éste se encuentra en el colegio a la vez que podrá comprobar dónde están sus hijos, utilizar el servicio de mensajería instantánea con dispositivos fijos desde móviles y viceversa, etcétera. Además podrá, de camino a la oficina, escuchar un mensaje de e-mail, mientras el sistema de navegación de su coche le informa de la ruta más adecuada al estado del tráfico. En la oficina le será posible combinar mensajes de vídeo, texto y voz para informar a sus contactos si está ocupado o establecer quién y cómo le puede contactar en cada instante, por ejemplo.

Los adolescentes también dispondrán de servicios adaptados a su estilo de vida. Así, les será posible localizar a sus amigos, decidir su disponibilidad y cómo se visualiza su estado en la red por los miembros de su grupo, participar en chat avanzado y juegos multijugador en red, etcétera.

También habrá servicios dirigidos al ocio como contenidos bajo demanda (películas, programas...) combinados con la integración de las comunicaciones en el televisor (llamada entrante, videoconferencia...). En definitiva, las soluciones que permite la arquitectura IMS se centran en comunicaciones sencillas que mejoren el estilo de vida y trabajo de las personas. Esta tecnología hace más fáciles tareas habituales como comunicarse con la familia y amigos, compañeros de trabajo, clientes y proveedores, organizar y gestionar las actividades diarias o simplificar la colaboración entre grupos.

Hemos pasado de una situación en la que la tecnología era capaz de proporcionar cierto tipo de servicios, a su vez vendidos a todos los usuarios por igual (un esquema push), a otra en la que el centro es el cliente. Actualmente el usuario demanda una serie de servicios específicos que han de proveerse a través de una tecnología estándar, flexible y eficiente (un esquema pull). Este cambio fundamental en el modelo de negocio de los operadores está detrás de las transformaciones, fusiones y reorganizaciones que estamos viendo estos días en la industria de telecomunicaciones.

Estas demandas de los usuarios están provocando una transformación revolucionaria en el mercado de las telecomunicaciones. El usuario reclama unos servicios de comunicaciones desarrollados en torno a los conceptos de siempre conectado y simultaneidad, por los que el cliente está dispuesto a pagar un poco más, así que los operadores han de desarrollar servicios combinados que sean relevantes para cada persona (segmentación de usuario y preferencias) y sensibles al contexto (dónde está y qué está haciendo el usuario).

Esta adopción de servicios multimedia adaptados al estilo de vida y las necesidades de las personas es una tendencia general en todos los lugares del mundo desarrollado con redes de acceso de banda ancha y banda ancha móvil y su ratio de crecimiento va a venir modulado por la usabilidad y simplicidad del servicio.

En España, sólo estos servicios integrados tienen un potencial de mercado para los operadores de telecomunicaciones de 1.800 millones de euros durante los próximos cinco años. Esta cifra es muy similar a la prevista en países vecinos como Francia, Reino Unido, Italia y Alemania. Otro dato significativo es que un 14% de los usuarios españoles ya estarían dispuestos hoy a pagar por disfrutar de estos servicios, y un 50% adicional compraría los servicios una vez que se demuestre su valía en la práctica.

Como indican los datos, estamos ante una oportunidad muy interesante para el sector de las telecomunicaciones que ha recibido una inyección del dinamismo que hacía tiempo que no veíamos.

Santiago Rodríguez Llorente. Director de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Lucent Technologies

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