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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La economía necesita crédito de inmediato

Solo dos de cada tres empresas de menos de 250 trabajadores, las consideradas jurídicamente pequeñas y medianas, han buscado financiación ajena en las entidades bancarias y de ahorro en el primer trimestre del año. Y curiosamente es una proporción descendente y no porque la economía camine a tal ritmo que las pequeñas sociedades financien con sus propios recursos los proyectos de inversión: el grado de confianza en el sistema financiero ha descendido tanto que cada vez menos empresas ponen en manos de bancos y cajas sus necesidades de recursos ajenos.

El nivel de satisfacción entre las empresas, medido por la consecución del crédito, ha descendido drásticamente en los últimos trimestres ante el endurecimiento de las condiciones impuestas por parte de la banca. Según la encuesta de financiación realizada por las Cámaras de Comercio entre más de 1,3 millones de pequeñas empresas, de cuantas han pretendido financiación (nada menos que 1,03 millones) un 87% ha tenido problemas para obtenerla, mientras que un 14% (es decir, un total de 117.000 sociedades) no han logrado obtener lo que buscaban.

Independientemente de las causas aducidas por la banca para negar o endurecer el crédito, así como de la subida de tipos aplicados o las garantías exigidas, el acceso a la financiación se ha deteriorado notablemente respecto al que se topaban las empresas hace uno o dos años. Además, de forma también creciente, las pequeñas sociedades, que generan nada menos que el 90% del empleo en España, encuentran problemas para financiar su circulante (un 92%), mientras que se reducen aquellas que solicitan en las ventanillas bancarias recursos para financiar proyectos nuevos de inversión.

Las dificultades que la banca pone a sus clientes son cada vez más estrictas, con incremento de los tipos, aumento de garantías hasta llegar a las de carácter personal, así como comisiones adicionales de nuevo cuño. La necesidad de estrechar el celo por el riesgo, tras haber concedido sin medida crédito en el pasado, está pesando como una losa sobre las necesidades de liquidez para circulante e inversión de las pequeñas sociedades y, por ende, está asfixiando lentamente la actividad económica y el empleo. Una recapitalización rápida de las entidades con más problemas en sus balances y cuentas de resultados, fundamentalmente de las cajas de ahorros, es imprescindible para desatascar un obturado sistema de circulación financiera entre ahorro, banca e inversión.

Pero en paralelo, el Gobierno central, los autonómicos y los locales tienen que corregir los insoportables mecanismos de pago que tienen con sus proveedores, que están yugulando también la actividad de miles de pequeñas empresas a lo largo y ancho del territorio nacional.

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