_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Las cosas de comer

Se anuncia un encuentro en Moncloa para acordar posiciones y medidas en torno a la crisis económica que nos agita entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy. Supimos de la disposición de ZP en un mitin de la semana pasada, un procedimiento heterodoxo que en el momento presente se ha preferido pasar por alto. A partir de ahí han empezado los preparativos de la cita con salvas de no nos moverán, no sacrificaremos el apoyo socialista a los más débiles por parte del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, y las consiguientes respuestas artilleras desde las líneas del PP.

El estado de la economía es de pronóstico reservado y por eso la cita de Moncloa irá precedida de otros contactos más técnicos del vicepresidente y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, con el responsable de esas áreas en la acera de enfrente, Cristóbal Montoro.

Por el momento, sólo se ha producido una conversación telefónica de la que terminará saliendo una reunión formal de trabajo prevista la semana próxima con participación de los equipos respectivos para establecer el orden del día a tratar en Moncloa por los líderes máximos en fecha aún por determinar.

Entre tanto, ayer llegaron los datos del paro que reflejan un descenso de 110.000 afiliados a la seguridad social en el mes de septiembre. En el programa Hoy por Hoy de la Cadena SER compareció a primera hora Manuel Pizarro, la estrella fugaz de las pasadas elecciones, luego eclipsada y dejada al margen en los escaños del PP. Pizarro explicó con acierto que las crisis empiezan por la Bolsa, porque el mástil es lo primero que se ve del barco, siguen las morosidades y aparece el paro porque las empresas se acomodan a lo que viene. En su opinión, el dato es malo pero en absoluto 'nada que no esperásemos'. Luego añadió estar convencido de que Rajoy y Zapatero se entenderán en materia económica. 'Si en plena campaña electoral', dijo, 'se han entendido Obama y McCain, creo que aquí el asunto es muy gordo y que con las cosas de comer no se juega. Las crisis son momentos de cambio, de oportunidad, España tiene oportunidades de salir con fuerza de esta crisis pero si nos empezamos a pegar la crisis nos arrastrará a todos'.

Pizarro volvía así sobre un principio procedente de la sabiduría popular, siempre tan cercana a la escasez, según el cual 'no se juega con las cosas de comer'. En época de vacas gordas ese principio pierde vigencia y perdemos a veces el respeto a las cosas de comer. Un respeto que hunde sus raíces en la oración evangélica del Padrenuestro -el pan nuestro de cada día dánosle hoy- y en el Génesis donde se da cuenta de la expulsión del paraíso, tras la escena de la serpiente con Eva y la ingestión de la manzana que también engulló Adán. Fue entonces cuando se oyó la condena de 'ganarás el pan con el sudor de tu frente', atenuada ahora en algunos sectores productivos con el recurso al aire acondicionado.

Alabado sea Manuel Pizarro por anteponer las necesidades perentorias que el país tiene de un acuerdo que favorezca la salida de la crisis a las meras cuestiones partidistas del y tú más.

Pero el responsable económico del PP, Cristóbal Montoro, compareció acto seguido ante los periodistas en el Congreso de los Diputados para volver a la gresca. Hizo una pintura catastrofista de la situación, atribuyó la culpabilidad en exclusiva a Zapatero, cuestionó la resistencia del sistema financiero español, descartó posibilidades de acuerdo porque el Gobierno ya ha presentado en el Parlamento los Presupuestos Generales del Estado y reclamó como agua de mayo las movilizaciones sociales.

Veremos si el PP sabe optar entre la fruición por el desastre en línea con el cuanto peor mejor o prefiere la cooperación inteligente de la que puede salir transformado en alternativa creíble. Rajoy debe confirmar si seguirá la senda de Mariano II o abdica retrospectivamente en Mariano I. Atentos.

Miguel Ángel Aguilar. Periodista

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_