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Columna
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Corriendo hasta el límite de la pista

Los políticos no deberían necesitar la amenaza de los mercados para hacer su trabajo. Pero ese podría ser el caso en Washington a medida que se acerca la fecha límite del 2 de agosto para aumentar el techo de deuda de EE UU. Las intermitentes conversaciones de los fines de semana han añadido más confusión que claridad. Los próximos días pueden probar los supuestos de los inversores sobre la inevitabilidad de un acuerdo.

La Casa Blanca y el Congreso esperaban llegar a un acuerdo el viernes pasado para elevar el techo de deuda y reducirla en billones durante la próxima década. Eso habría dado tiempo suficiente para elaborar la legislación y pasarla por el Capitol Hill sin correr a lo loco.

La hipótesis de trabajo entre los inversores ha sido que Washington entraría finalmente en la razón y el compromiso. Ese optimismo se ha reflejado tanto en los bonos estadounidenses, donde los rendimientos se situaron cercanos a mínimos históricos, como en Wall Street, donde las acciones están a sus máximos niveles del año.

Pero es difícil ver como esta situación merece semejante ecuanimidad. El jefe de personal de la Casa Blanca, Bill Daley, probablemente tiene razón cuando advierte que habrá "unos días de estrés" por delante para los mercados financieros. Cada parte está trabajando en su propio proyecto de ley. Los demócratas del Senado preparan un paquete de reducción del déficit de 2,7 billones de dólares que también elevaría el límite de la deuda hasta el 2012. Los republicanos de la Cámara, por otro lado, parecen dispuestos a impulsar una propuesta en dos etapas. La primera parte sería un incremento inmediato del techo de gasto de 900.000 millones junto con recortes de 1,2 billones en 10 años.

Aisladamente, cada iniciativa puede evitar una potencial catástrofe financiera para el 3 de agosto. El problema es que Obama asegura que no firmará un aumento a corto plazo. Y los republicanos dudan sobre la legitimidad de los recortes propuestos por los demócratas. Ninguna de las dos proposiciones, en este momento, tiene suficiente apoyo para aprobarse y llegar al despacho de Obama. ¿Quién parpadeará primero? Probablemente los mercados -con los legisladores corriendo detrás-.

Por Jame Pethohokoukis

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