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Debate abierto
Tribuna
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La competencia contiene los precios

La preocupación que ha generado en la opinión pública el crecimiento de los precios en las ultimas semanas está iluminando poderosamente el escenario informativo, en el que van compareciendo quienes tienen alguna explicación que aportar sobre lo que está ocurriendo. Con la salvedad de alguna interpretación un tanto exótica ­como la que ha propuesto aumentar las aperturas de los comercios en festivos para contener los precios, cuando la teoría y los datos de la realidad permiten afirmar que el efecto sería justo el contrario­, todos los comparecientes han coincidido en señalar que existen causas objetivas y bien conocidas para explicar el incremento de precios en origen que han sufrido los alimentos. Estas causas están relacionadas, fundamentalmente, con el alza de los precios del petróleo y de los cereales en el mercado mundial y han tenido desencadenantes múltiples en las últimas semanas. Esas mismas fuentes nos hablan también de un componente especulativo ­en sentido económico­ de estos incrementos, que desaparecerá cuando los productores que hasta hoy almacenaban cereales a la espera de que el precio siguiera subiendo comprueben que éste baja y vendan, provocando, a su vez, que continúe el descenso. En tanto eso ocurre y los precios vuelven a la senda por la que vienen discurriendo en los últimos años, los consumidores deben saber que, al igual que en otras circunstancias parecidas que hemos vivido en el pasado, la distribución alimentaria española está sirviendo hoy para contener estas subidas y evitar que sean mayores. Así lo prueban los datos. Por ejemplo, el seguimiento de los márgenes del comercio minorista que realiza trimestralmente el Gobierno y que se hizo público la pasada semana. Este índice confirma que hay una tendencia sostenida a la reducción de los márgenes de los distribuidores en los últimos tres años que explica lo que, por otra parte, los sectores implicados nos estamos esforzando en trasladar a la sociedad en estos días: que los márgenes de las empresas se ajustan al máximo cuando los precios son altos en origen, para tratar de ganar o de no perder a sus clientes.

La distribución alimentaria está actuando, pues, como freno de las subidas de precios, obligada por la fuerte competencia que existe en el mercado. El número de empresas comerciales que hay en España ­más que en la mayoría de Estados de la UE­, la menor concentración de éstas en comparación con otros países o el reparto de la cuota de mercado entre los distintos formatos aseguran la capacidad de elección de los consumidores. Y la rivalidad que estas empresas están demostrando en la fijación de sus precios los han convertido en un referente básico para los ciudadanos a la hora de elegir un establecimiento. Ello es así en circunstancias normales y, por tanto, lo es aún más cuando el consumidor está preocupado por las subidas de precios. Ahora más que nunca, las empresas saben que se juegan su capacidad de competir. Gracias a esta estructura del comercio que hemos descrito y a la competencia que asegura, los precios de la alimentación en España están hoy muy por debajo de la media de la UE y, en concreto, de los 15 países más desarrollados con los que nos comparábamos antes de su ampliación. Y nuestro nivel de precios se mantienen ahí desde hace años, a pesar de que nuestra economía tiene un diferencial de inflación con esos países. Debemos, pues, asegurar que se mantiene la competencia entre distribuidores, para que las empresas sigan jugando ese papel de estabilizadores de los precios, que es tan necesario en circunstancias difíciles como las que ahora atravesamos. Y para ello, conviene, en primer lugar, conocer mejor la aportación que la distribución realiza a la eficiencia de nuestro mercado alimentario. A partir de ahí, se debe vigilar y corregir el efecto de las concentraciones excesivas sobre los precios en mercados locales o regionales y asegurar que la capacidad de elección del consumidor entre distintos tipos de empresas sea preservada. Sólo así estaremos en condiciones de que subidas de precios en origen de los productos de alimentación como la que estamos viviendo repercutan lo menos posible en el consumidor.

Ignacio García Magarzo. Director general de Asedas (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados)

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