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Columna
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Los clientes vuelven a Tiffany

Europa puede estar en llamas y EE UU ardiendo lentamente, pero los acaudalados derrochan en las baratijas de la caja azul. Tiffany está cosechando los beneficios, registrando un crecimiento de dos dígitos en las ventas en todo el mundo en el tercer trimestre, sobre todo en Europa, donde los ingresos crecieron un 22% en el periodo. No parece que los consumidores forrados estén anticipando otra recesión dolorosa.

En 2008, en una situación de casi colapso del sistema financiero, las ventas de Tiffany cayeron. La temporada navideña de ese año fue un desastre, con las ventas hundiéndose un 21%. Y no fue solo por el descenso en la escala social de los consumidores. Incluso los clientes tradicionales redujeron el consumo.

Ahora los clientes de Tiffany han vuelto. El ingreso neto creció un 27% en el trimestre que terminó en octubre y la compañía logró algo impensable para otros minoristas -un aumento de precios-. Se espera una fuerte temporada navideña este año.

Una consecuencia del rebote de Tiffany es que los ricos no parecen preocupados por el alto y persistente alto desempleo en EE UU o los riesgos potenciales de la impresión de dinero por parte de los bancos centrales a ambos lados del Atlántico. En Europa no parecen contenerse por las preocupaciones de que el rescate de Irlanda pudiera extenderse o que los Gobiernos de Portugal y España estén sobrecargados. Tampoco vieron venir la crisis de 2008. En cualquier caso, los consumidores ricos no parecen asustarse dos veces. Claro que están aislados de las preocupaciones económicas cotidianas. Pero si continúa la experiencia de Tiffany, hay poco temor de un retroceso hacia el abismo económico. Los acontecimientos podrían cambiar eso, pero por ahora es un rayo de esperanza para los que se preocupan por la economía.

Por Agnes T. Crane

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