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Columna
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Otro cambio de timón en GM

Es un paso más en el despegue de General Motors. El cambio repentino de su consejero delegado Ed Whitacre por Dan Akerson puede ser una buena solución a largo plazo, pero el anuncio se produce, torpemente, en la víspera de una oferta pública de acciones (opa), lo que se suma a los temores de que la compañía no está lista todavía para el prime time.

No es que Akerson sea una mala elección. Estuvo involucrado, como miembro del consejo, en las decisiones más difíciles de la empresa tras la quiebra. Y sus antecedentes al frente de la compra de bonos de Carlyle, y antes en XO Communications, sugieren que posee una experiencia útil en procesos de reestructuración.

La medida, anunciada de forma improvisada junto con los resultados del segundo trimestre, parece tomada con prisa. Akerson ni siquiera estuvo presente y Whitacre se refirió a ambos. Y dijo que había estado discutiendo su cambio con la directiva desde enero. Akerson es ahora el cuarto consejero de GM en 18 meses. No es un problema en el largo plazo, si se queda. Pero es otro cambio de gestión en una empresa que aún lucha para acabar con las prácticas que puso en marcha por décadas y que llevó a la compañía a la quiebra.

Es cierto que están teniendo éxito, ya que los últimos datos lo demuestran. Ha mejorado la cuota de mercado y el flujo de caja y los ingresos se elevaron un 54% frente a los 1.300 millones de dólares del primer trimestre. Pero una tasa impositiva más baja del 23% ayudó a generar la mitad de esa ganancia. Pese a destinar la mayor parte del dinero para cubrir la deuda del año pasado, el margen antes de impuestos, del 7,9%, se comporta dos terceras partes mejor que el de Ford, su rival más endeudado.

Un nuevo consejero -joven, aunque con una relevante experiencia en compañías en quiebra que retornan al mercado- puede ser un buen camino a seguir. Pero nombrarlo antes de la opa significa que los inversionistas potenciales no tendrán garantías de que haga clic con el actual equipo ejecutivo de GM, por no mencionar las bases más amplias de la organización.

Por Antony Currie.

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