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Columna
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Barclays, ante una encrucijada

Bob Diamond ha dejado el edificio. Un día después de escribir una épica carta de 1.000 palabras prometiendo a los empleados seguir en Barclays, el escándalo de las alteraciones en los tipos de interés ha obligado al consejero delegado del banco británico a dimitir. Con la sustitución de Diamond, la junta encara una crítica decisión.

Si Barclays quiere seguir siendo un banco universal, podría decidir que necesita un banquero de inversión que conozca el mercado británico, alguien como Bill Winters, anterior responsable de la oficina en Londres de JP Morgan, o Colm Kelleher, de Morgan Stanley. Dado que la mitad del beneficio del banco y tres cuartas partes de sus activos procedieron en 2011 de Barclays Capital, el banco de inversión que Diamond levantó a mediados de los años noventa, este podría ser el camino más probable. Pero si la junta decide preguntarse qué podría o debería ser Barclays, la respuesta es menos clara. El banco debería tomar esta oportunidad para examinar una separación parcial o incluso total de la banca minorista y de la banca de inversión. Esta última ha tenido problemas con las nuevas reglas de reservas de capitales, que hacen más difícil hacer crecer los retornos.

Incluso si el plan consiste en centrarse en el lado minorista, la junta podría acometer un nombramiento muy diferente. Antony Jenkins, que actualmente lidera las operaciones minoristas de Barclays, sería un candidato. Tal cambio encajaría con la tendencia hacia unos bancos nacionalizados más centrados en la banca minorista, como se ha visto en Royal Bank of Scotland. Y podría seguir siendo bueno para los inversores.

Pero seleccionar un líder sin experiencia en la banca de inversión sería arriesgado, especialmente si tiene asumido que Barclays dejaría de lado eventualmente ese sector, y los banqueros de Barclays Capital empezarían una estampida hacia la salida. El candidato ideal sería uno que tenga experiencia en ambas partes de la industria bancaria. Pero si los ejecutivos de Barclays se inclinan por un banquero de inversión, será poco probable que elijan a alguien tan capaz de dividir opiniones como Diamond. Quien sea quien le sustituya, es el final de una era.

Por George Hay

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