Alemania despeja sus propias dudas
El Tribunal Constitucional alemán ha despejado la auténtica dificultad capital que bloqueaba los rescates financieros dentro de la Unión Monetaria, autorizando la iniciativa del Gobierno de Merkel de abonar la parte del león del auxilio prestado a Grecia, ante las dificultades que el país heleno tiene para refinanciar en el mercado los créditos tomados en el pasado. A renglón seguido de la resolución de la corte de Karlsruhe, la canciller alemana ha lanzado un mensaje para reforzar su liderazgo europeo, en el que ha pedido una nueva modificación en el Tratado de Lisboa para que las decisiones económicas en la Unión Monetaria sean de rápida ejecución y vinculantes en todos los países, como única fórmula de armar un mecanismo de gobernanza económica ágil y respetado en tiempos agitados como los que ahora vive la Unión por los ataques de los mercados financieros.
Este mensaje, junto con los retoques de los textos constitucionales en países como España para limitar los excesos de los desequilibrios fiscales, argamasan lentamente un mecanismo de seguridad que debe constituir el kilómetro cero que relance el proyecto del euro, despejando todas las dudas que en los últimos meses se han desatado en torno a su viabilidad.
La disposición del Tribunal Constitucional alemán autoriza los rescates financiados parcialmente por Alemania, algo contra lo que una creciente opinión pública se había manifestado; pero otorga más poder de decisión, por su carácter previo, al Parlamento germano en este tipo de cuestiones, lo que a la larga puede hacer más lentos los procesos de rescate, pese a contar con instrumentos legales de toda autoridad. Porque Europa, además de no contar con mecanismos de resolución de crisis como la actual, pues ni siquiera contempla la posibilidad de rescatar a un país porque no recoge tampoco la de que suspenda el pago de sus obligaciones, no dispone tampoco de agilidad para armarlos y responder con contundencia a la contundencia de los mercados financieros.
La resolución germana es un cimiento muy importante que disuadirá los intentos de otros países de desentenderse de la solidaridad que necesitan Grecia, Irlanda o Portugal. Holanda, Finlandia o Austria se plegarán desde ahora a la voluntad política de una Angela Merkel que sale notablemente reforzada de este episodio, y que le permite al menos anunciar que su misión, tal como ayer admitió, es sacar a la zona euro de la crisis, porque sin el éxito de la zona euro, el que ahora disfruta Alemania será muy efímero. Los mercados interpretaron así los acontecimientos, porque el euro es más seguro que antes de la sentencia. Sin embargo, no pueden demorarse el resto de los ajustes para que el proyecto prosiga y sea un referente en el mundo: recapitalización bancaria y reformas para restituir el crecimiento.