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Columna
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Tiempo para los 'landesbank'

Los bancos regionales alemanes parecen haber esquivado una bala. Las nuevas normas de capital aprobadas en Basilea dan a estas entidades de propiedad pública hasta 2023 para aumentar sus raídos ratios de capital. Sin embargo, ante unos accionistas con poca liquidez y unos débiles ingresos hasta este plazo parece largo. La contracción de los balances y los procesos de consolidación parecen el único camino.

Basilea III permite que estas entidades computen las llamadas "participaciones sin voto" como Tier 1. Pero necesitarán más capital con el tiempo y es poco probable que lo aporte sus actuales propietarios. Habiendo enterrado ya millones, regiones como Hamburgo y Baviera lo han descartado. El Gobierno alemán ha colocado 52.000 millones en el fondo de rescate Soffin, pero se resiste a usarlo. Además, la entrada del Gobierno federal diluiría el control de los regionales en unos bancos que han utilizado como juguetes.

Además, sus resultados tampoco contribuirán a sacarlos de problemas. Perdieron unos 6.000 millones en 2008, aunque tampoco lo hicieron mejor en los buenos tiempos. Y las cosas pueden ir a peor, pues las garantías del Gobierno en el pasivo de estas entidades expira en 2015.

La consolidación podría detener el deterioro. Si se fusionasen en dos o tres entidades recortarían costes, incluidos los financieros, aumentarían capital, y se centrarían en su negocio de préstamos corporativos. Incluso se despejaría el camino para poder cotizar en Bolsa y obtener capital.

Los bancos regionales y sus propietarios llevan tiempo resistiéndose a esta solución. Basilea les ha dado un indulto, que si no lo aprovechan, podrían tener una sorpresa en 2023.

George Hay

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