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Tribuna
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¿Será que la solución está en un eurobono?

Por primera vez en esta crisis los países de la eurozona han actuado con celeridad y contundencia. El paquete de emergencia de 750.000 millones de euros fue sin duda un golpe sobre la mesa. Este acuerdo, sin embargo, sólo es una solución temporal, y la mayoría de los inversores lo saben, de ahí que el euro siga a la baja. Los temores sobre un posible impago de la deuda pública de algunos de estos países persiste y con ella también la posibilidad de contagio, la consecuente tensión entre los países miembros, y la posible quiebra de la unión monetaria. Los inversores internacionales todavía no están convencidos de que el euro va a estar con nosotros dentro de 10 o 20 años.

La realidad es que los países del Mediterráneo han vivido por encima de sus posibilidades durante mucho tiempo. Esto no es sostenible. Cuando un país tiene una deuda total (suma de deuda pública y privada) por encima del 100% de su PIB durante mucho tiempo está expuesto a que algún día los acreedores internacionales retiren los préstamos. La historia dice que grandes potencias monetarias pueden mantener déficit en la balanza de pagos durante un largo periodo de tiempo, pero algún día van a tener que reequilibrar sus balanzas. Sí, los Estados Unidos han vivido por encima de sus posibilidades durante las últimas tres décadas y no ha pasado nada. Eso es verdad, pero sólo lo han podido hacer porque emiten la divisa internacional por excelencia. Aún así el momento del ajuste llegará y no tardará mucho.

Mientras los estadounidenses tienen un periodo de gracia, los países mediterráneos van a tener que vivir relativamente dentro de sus posibilidades en los próximos años. Los procesos de ajuste son siempre dolorosos y son muy difíciles de conseguir en poco tiempo. Sin embargo, la desconfianza de los inversores internacionales es tal que los recortes tienen que llegar de inmediato, creando grandes tensiones sociales y políticas.

¿Cómo se puede frenar esto? Parte de la solución está en crear un eurobono de deuda pública paneuropea. Esta propuesta conseguiría reducir enormemente los intereses que se pagan en la deuda pública al entender los inversores que la unión monetaria está avalada por una unión fiscal.

Hasta esta crisis la creación de un eurobono era una idea utópica por la tajante oposición de los alemanes. Todos los latinos, incluso los belgas y los luxemburgueses, están a favor. Los alemanes siempre se han opuesto porque sus intereses sobre la deuda son los más bajos. En los últimos tiempos, sin embargo, se han propuesto varias opciones para evitar este problema. La más reciente es la de Delpla y Weizsäcker del think tank Bruegel que proponen dividir las deudas comunes en tramos sénior (hasta el 60% de la deuda de cada país) y júnior (de ahí para arriba) para mantener la necesaria disciplina. Esta deuda común tendría un pago de intereses incluso más bajo que el alemán por la demanda internacional que atraería.

En los últimos años he dirigido una investigación centrada en analizar cómo las élites financieras de los países emergentes ven el futuro del euro y gracias ha ello he podido conversar con inversores en Brasil, China, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Gran parte de los participantes en la consulta opinan que la creación de un eurobono sería una buena idea. Para ellos significaría tener un instrumento de inversión tan o más seguro que el bono de deuda americana y para los europeos supondría crédito más barato para sus políticas económicas y sociales.

Esta propuesta no resolvería los desequilibrios comerciales dentro de la eurozona, pero sí que sentaría las bases de una unión fiscal y permitiría realizar los procesos de ajuste en los países mediterráneos de una manera más estructurada y pausada.

Con el aval de un fondo europeo público se podría incluso considerar la opción de reestructurar de una manera coordinada parte de la deuda de los países del Mediterráneo. Algo que para muchos va a ser inevitable en el caso de Grecia.

Miguel Otero Iglesias. Profesor asociado en Relaciones Internacionales de la Universidad Oxford Brookes

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