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Tribuna
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Retos de futuro del transporte aéreo

Los próximos años presentan incertidumbres y problemas que constituyen auténticos retos para el transporte aéreo en España. Las aerolíneas finalizan globalmente 2007 con beneficios, resultados que no deben ocultar amenazas que se ciernen sobre el sector: aumento de costes (combustible, seguridad, navegación…), lentitud en la creación del cielo único europeo, excesiva oferta en el mercado, congestión aeroportuaria europea, inclusión de la aviación en el comercio de emisiones, aviación ejecutiva... que impactarán en la cuenta de resultados de las compañías, y habrá que afrontar como retos.

El transporte aéreo español ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años, situándose en el tercer puesto en el ranking de la UE y aportando un 7% al PIB nacional. Crecimiento que ha originado nuevos problemas y agudizado otros ya existentes. Se han adoptado decisiones sobre seguridad y resuelto dificultades de vital importancia, como la capacidad aeroportuaria, el incremento de los operadores de servicios aeroportuarios y la discriminación del sector en las cotizaciones de accidentes de trabajo.

Mientras la saturación de la red aeroportuaria europea impedirá operar 3,7 millones de vuelos al año en 2025, los aeropuertos españoles podrán, en 2020, absorber 317 millones de pasajeros, frente a los 210 de 2007.

El cielo único europeo puede rebajar la factura de costes, contribuyendo a la viabilidad económica de las aerolíneas

El avance en la liberalización de los servicios aeroportuarios, estancada durante años, propicia la competencia y repercute en una mayor calidad de los servicios prestados a los pasajeros.

El rápido crecimiento del sector (en España operan 88 compañías autorizadas por Aviación Civil) ha agudizado también antiguos problemas que conviene afrontar sin dilación. La Administración precisa de más y mejores medios humanos y materiales; cambiar la cultura del concepto regulación. La supervisión, inspección y potestad sancionadora de la Administración no debe dificultar o encarecer la gestión de las empresas con exigencias burocráticas, amparadas en una normativa compleja, obsoleta en muchos casos. Es necesario agilizar los trámites administrativos para adaptarlos a las necesidades de un sector dinámico, en el que existe fuerte competencia.

El sector requiere de una decidida reforma del marco normativo, en el que conviven una maraña de disposiciones administrativas con normas preconstitucionales, como la Ley de Navegación Aérea, de 1960, y la Ley Penal y Procesal de la Navegación Aérea, de 1964, parcialmente derogada, y otras más recientes, como la Ley de Seguridad Aérea (2003).

La seguridad es una necesidad de la sociedad en su conjunto, una cuestión de Estado. Esta exigencia no puede suponer a las compañías aéreas un incremento desmesurado de costes, ni una contribución discriminatoria frente a otros modos de transporte o determinados eventos sociales o deportivos.

El próximo Gobierno tendrá que decidir sobre la participación o no en la gestión aeroportuaria de las comunidades autónomas, agentes económicos y sociales. Decisión que en Aceta esperamos con expectación, no exenta de preocupación. Consideramos que debe reconocerse un papel más activo a las asociaciones del sector y las propias compañías, como órgano asesor y consultivo, en la elaboración de presupuestos e inversiones de los aeropuertos, para velar por la operatividad aeroportuaria, la reducción de costes y la cohesión territorial.

Las aerolíneas han realizado un importante esfuerzo inversor en la compra de aviones que reducen el consumo de combustible y, por tanto, las emisiones de CO2. La inclusión de la aviación en el comercio de emisiones gravará en un futuro a las aerolíneas con enormes gastos, cuando su aportación a las emisiones globales se sitúa entre el 2% y el 3%. Consideramos urgente la creación del cielo único europeo, que es una forma eficiente de reducir la contaminación. Solicitamos del próximo Gobierno que impulse decididamente este proceso.

La existencia de 47 organizaciones nacionales europeas que participan en el diseño de rutas y vuelos supone incrementos de consumo de combustible, de emisiones y de costes, e implica una pérdida de competitividad respecto a las compañías norteamericanas, que cuentan con una única organización para la gestión del tráfico aéreo. El cielo único europeo puede rebajar la factura de costes, contribuyendo a la viabilidad económica de las aerolíneas, cuyo margen de explotación alcanza, como media, en el mejor momento del ciclo económico sólo el 2%.

Las tasas aeroportuarias y de navegación constituyen alrededor del 15% de los gastos de explotación de las compañías. La Administración comunitaria (Eurocontrol) y la española deben conseguir mayor productividad en su gestión para reducir costes y, por tanto, las tasas. Esfuerzos semejantes a los realizados por las compañías aéreas que, continuadamente, invierten en tecnología, formación y contenciones salariales para incrementar la productividad. No se puede soportar la incesante escalada del precio de las tasas, simplemente porque se produce un cambio de ejercicio.

Resulta imprescindible resolver los problemas de seguridad y distribución de costes entre los operadores de carga y AENA, la situación actual pone en riesgo esta actividad en los aeropuertos de la red.

El acuerdo de los cielos abiertos firmado entre UE y EE UU abre nuevas oportunidades de negocio a las compañías españolas. Desafío que exige desarrollar políticas comerciales con aerolíneas norteamericanas y posicionarse en el mercado estadounidense.

Tenemos ante nosotros retos que debemos convertir en oportunidades, impulsando un sector, el transporte aéreo, que aporta un valor imprescindible a la economía en general y al turismo en particular (el 73% de los turistas extranjeros utiliza el avión). La política del próximo Gobierno será fundamental para ello. De ahí que traslademos nuestra visión del sector y nuestras preocupaciones a las formaciones políticas y a la sociedad en general. Esperamos que nuestras propuestas sean escuchadas, y anticipamos al próximo Gobierno nuestra colaboración constructiva.

Juan Losa Presidente de la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (Aceta)

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