Reforma laboral de inmediato
El Ejecutivo trabajará "hasta el último momento y hasta el último instante" para conseguir cerrar la reforma laboral con el acuerdo entre empresarios y sindicatos. Es lo que dijo al país la vicepresidenta primera en la rueda de prensa del viernes, tras el Consejo de Ministros. Al tiempo, rectificaba a peor los datos del cuadro macro, con menos crecimiento y más paro. En esa inadmisible esquizofrenia transita la negociación para una reforma laboral de cuya urgencia no duda ya ni el más recalcitrante.
Es muy fácil: modernizar el sistema de negociación colectiva, sacarlo de las cavernas de la inoperancia en las que lo tienen secuestrado los sindicatos y la patronal, y adaptarlo de una vez a la lógica productiva y las necesidades de las empresas. Y, además, enviar una señal clara de que se acabará con una injusta e ineficiente dualidad del mercado laboral, creando un único contrato fijo dotado de indemnización creciente en función de la antigüedad. Algo tan sencillo como eso. Se equivoca el Gobierno si cree que con más plazo va a obtener más consenso para una reforma real. La prueba está en los muchos trimestres perdidos. Gobierne ya, con valentía, y no deje de recordarle a los agentes sociales que están disfrutando de una inmerecida prórroga y son ellos los que están fuera de plazo. Porque el "último instante" es ya.