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Tribuna
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Proponer y actuar

Desde diciembre de 2009 la evolución de los diferenciales de la deuda pública de los distintos países que conforman el área euro frente a Alemania ha sido uno de los principales focos de atención de los mercados financieros. La delicada situación que atraviesan las cuentas públicas, junto con un escenario de debilidad en el crecimiento a medio y largo plazo han incrementado la desconfianza del mercado y han motivado una ampliación de los spreads hasta niveles que incluso superan los observados a principios de 2009.

España ha sido protagonista de este castigo, fruto del rápido y profundo deterioro que han sufrido las cuentas públicas en los últimos trimestres (el déficit público se ha situado en 2009 en el 11,4%), como también de la debilidad que se presume para el crecimiento económico durante el próximo lustro. El diferencial frente a Alemania ha llegado a alcanzar los 100 puntos básicos durante los primeros compases de 2010 (el máximo se registró en febrero de 2009, cuando se situó en los 130 puntos básicos).

Portugal y Grecia también han experimentado castigos muy significativos, especialmente el último, cuyo spread frente a Alemania ha llegado a cotizar en 400 puntos básicos. Buena muestra de la desconfianza de los mercados la ofrece la cotización de las letras griegas a más corto plazo, que a lo largo de las últimas sesiones han superado el 5% de rentabilidad.

En este sentido, y en lo tocante a España, se había reforzado la necesidad de ofrecer al mercado un plan creíble de saneamiento a medio y largo plazo, que permitiese recuperar la confianza de los agentes en la gestión de los presupuestos públicos y su impacto sobre la capacidad de crecimiento futura.

Durante esta semana el Gobierno ha detallado el plan que el Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes, compuesto de un Plan de Acción Inmediata y de un Plan de Saneamiento para el período 2011-2013, en el que recoge una importante reducción del gasto público (cercana a los 50.000 millones de euros) que implica a todas las administraciones públicas.

Las partidas sobre las que contempla actuar son el gasto en inversión, los gastos de personal y los consumos intermedios, sin afectar a las acciones de prestación por desempleo o atención a la dependencia. Una propuesta que, en principio, se podría enmarcar dentro de un plan de consolidación fuerte, y a través de la cual el Gobierno pretende reducir el déficit público hasta el 3% en el año 2013.

La acción sobre el gasto es absolutamente discrecional y tendrá efectividad en la medida en la que los planes de acción se apliquen con rigurosidad. El aspecto que más dudas y desconfianza genera es el relativo a las previsiones de crecimiento manejadas por el Gobierno y la evolución de los ingresos públicos que de la misma se desprende, en la medida en la que esta variable es más difícil de controlar que las partidas de gastos.

Esta no es una cuestión menor en la medida en la que una parte de la corrección del déficit prevista para los próximos años obedece a la recuperación de los ingresos. Y con los niveles de paro que se han alcanzado, y la reducida probabilidad de que se moderen en un lapso de tiempo corto, es muy complicado pensar que los ritmos de crecimiento de los ingresos vayan a ser lo suficientemente fuertes como para completar el plan y permitir la reducción del déficit en el que se ha incurrido en los últimos meses.

El spread frente a Alemania, entre tanto, ha vuelto a niveles de 90 puntos básicos, tras haberse relajado la pasada semana hasta niveles de 85 puntos básicos. ¿Es insuficiente el plan? ¿Es poco creíble? Como hemos comentado anteriormente, las mayores dudas se encuentran en el plano de los ingresos, y en lo relativo al plano de los gastos, el mercado reacciona no sólo en clave de anuncios sino de puesta en marcha de las medidas, por lo que, ahora más que nunca, es absolutamente imprescindible que las propuestas efectuadas se lleven a cabo.

Cualquier atisbo de duda, o marcha atrás, en la implantación de las acciones de consolidación (el Gobierno se ha dado de plazo hasta mayo de 2010 para concretar el Plan de Saneamiento 2011-2013) acentuará la desconfianza y podría motivar una ampliación de diferenciales superior a la que hemos observado hasta la fecha.

Pablo Guijarro. Director de Análisis de Mercados de Afi

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