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Tribuna
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Irlanda y los mercados de renta fija

La situación cambia cada día pero nuestra visión de los países periféricos de la zona euro está embebida en nuestra cartera de renta fija global. Infraponderamos el euro frente al dólar norteamericano y hemos reducido nuestra exposición a otras monedas europeas.

Esperábamos que el valor del dólar norteamericano ya hubiera descontado los efectos del relajamiento cuantitativo en Estados Unidos y que los mercados de divisas reajustaran su enfoque para centrarse en la difícil coyuntura de Irlanda, Grecia y Portugal. Después de todo, los mercados de bonos europeos siempre se han fijado en el excesivo endeudamiento del sector público y privado en estos países, como se ha puesto de manifiesto con los amplios y crecientes diferenciales de rendimiento respecto a los bonos alemanes.

Ahora todo parece indicar que los mercados de divisas están prestando atención a estos mismos eventos, algo que viene demostrado por la nueva caída del euro frente al dólar. Por otra parte, los datos económicos norteamericanos han superado las expectativas, algo que aún no se ve reflejado en la divisa estadounidense o sus bonos del Tesoro. Es verdad que si solo dependiera de Alemania, el euro mostraría una mayor fortaleza, pero éste no es el caso.

Creemos que los movimientos en los países periféricos de la eurozona acabarán contagiando a las principales economías europeas ya que el sistema bancario habrá de ejecutar los procesos de rescate. Todo parece indicar que la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional están intentando evitar que la situación se extienda más allá de Grecia, Irlanda y Portugal que, en su conjunto, representan solo una pequeña parte de la economía de la eurozona. Si esto se extendiera a España (no creemos que vaya a ocurrir, pero podríamos estar equivocados) la repercusión sería mucho mayor, ya que España tiene un mayor peso en la economía de la eurozona.

Uno de los factores que pueden influir en el rescate de la eurozona es que los Gobiernos se han embarcado en un proceso de implementación de austeros presupuestos (incluyendo incremento de impuestos y recorte de gastos) en un momento en que aún no está garantizado un crecimiento económico sostenible.

Es interesante analizar las diferencias entre las políticas económicas de Estados Unidos y de la eurozona, tanto en términos monetarios como fiscales. Por ahora, Estados Unidos parece que no quiere aún asumir la necesidad de subir los impuestos, es más, parece que cada vez es más probable que los recortes de impuestos se sigan dando durante varios años más, dado el cambio de liderazgo en la Cámara de Representantes y el aparente movimiento del presidente Obama hacia el centro.

La Fed está llevando a cabo una política monetaria más estimulante, como pone de manifiesto la implementación del QE2. Esto contrasta enormemente con el BCE, que continúa siendo muy agresivo, así como con las políticas fiscales europeas, muchas de las cuales se centran solo en la reducción del déficit (no ayudan mucho a lograr crecimiento).

Jack McIntyre. Analista de Brandywine, filial de Legg Mason

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