_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Grietas en la cadena global de producción

El terremoto y el tsunami de Japón han revelado que la cadena global de suministro puede que no sea tan sólida. Algunos de los fabricantes de automóviles más importantes, incluido Toyota y Honda, han retrasado su producción después de sufrir daños, no en la línea de montaje, sino en las piezas que les proveen. Los fabricantes de automóviles de Japón fueron pioneros en la eficiencia de las cadenas de suministro de bajo coste. Este éxito significa que sus avances repercuten en todo el mundo.

Los contratiempos en la producción han surgido lentamente, pero se han hecho sentir en el precio de las acciones. Toyota y Honda han caído más de un 9% desde el temblor, mientras Nissan lo ha hecho casi un 14%. Esto puede parecer extraño teniendo en cuenta que menos del 5% de la manufactura japonesa ha sufrido desperfectos y que la mayoría de los coches se construyen al oeste del país nipón o en el extranjero.

Sin embargo, un pequeño grupo de fábricas de materiales y componentes tienen un peso desmesurado en las cadenas de suministro global. Aun cuando las líneas de producción no han sido destruidas, las réplicas dan lugar a problemas para volver a calibrar los equipos de suministro con precisión. También la escasez de electricidad se convertirá en pocos meses en un problema.

Gracias Nissan. Durante décadas los fabricantes de automóviles de Japón confiaron en una legión de pequeños proveedores en cautividad. La integración vertical hizo posible el reparto a tiempo. Cuando tomó el control en 2000, Carlos Ghosn rompió las relaciones exclusivas de Nissan con sus proveedores y comenzó el abastecimiento a nivel mundial. Sus competidores siguieron el ejemplo, forzando a muchos fabricantes de piezas a fusionarse y buscar más clientes.

El país aún fabrica el 72% de las obleas de silicio del mundo, según Credit Suisse. Esto supone el 32% de los coches del mundo y el 74% de los sistemas de navegación que llevan incluidos.

La cadena de suministro está concebida para reducir la exposición a un solo proveedor o localización. En cambio, está pasando lo contrario. Incluso General Motors se ha quejado de pérdidas en su producción aún sin cuantificar. La innovación japonesa puede llegar a ser un problema para todos.

Por Wayne Arnold

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_