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Tribuna
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Gravamen a lo nuclear

Con el paso de las décadas, y una vez observado lo ocurrido en Fukushima el pasado día 11-3-2011, quizá podamos llegar a la conclusión de que esa fecha ha supuesto un momento decisivo en la historia de la humanidad. Pero si esa fecha es y será decisiva en la historia de la humanidad, no lo será sin embargo por el balance final de los desastres, sino por las lecciones que todos habremos de aprender de este accidente, así como las nuevas estrategias socioeconómicas que de esa catástrofe se puedan o no implementar. En este artículo, voy a expresar brevemente el modo en que yo entiendo los problemas que rodean a la energía nuclear, además de proponer un enfoque alternativo a las políticas en vigor hoy en día. Los accidentes de Fukushima y Chernóbil han estado precedidos y seguidos de incidentes conocidos en diferentes países desarrollados. Entre ellos, se pueden citar los siguientes casos: The Three Mile Island (EE UU) en 1979; Vandellós (España) en 1989; Manche (Francia) en 2002; Sella Field (Inglaterra) en 2005; Forsmark (Suecia) en 2006; Fleurus (Bélgica) en 2006; Vermont Yankee (EE UU) en 2010.

En la actualidad, desde un punto de vista estrictamente económico, el coste de la energía nuclear obtenida y facturada al cliente final no toma en consideración los posibles costes de accidentes nucleares y fugas de residuos radiactivos. Por otro lado, se trabaja bajo la premisa de que la energía nuclear servirá como puente para ganar tiempo y que nos ayudará a superar la falta de conocimientos para el desarrollo de fuentes energéticas alternativas. Además, la idea es que, debido a que la energía nuclear es barata, los países que la utilizan están mejor preparados para mantener su competitividad económica.

Sin embargo, el hecho es que se han producido accidentes nucleares y es probable que vuelvan a producirse. Por lo tanto, el coste de la energía nuclear es más alto que los precios que se facturan al cliente final. Por otro lado, las subvenciones concedidas a la energía nuclear restan efectividad a los fondos e inversiones dedicadas al desarrollo de energías renovables y alternativas, así como las infraestructuras para su distribución. Finalmente, la ventaja competitiva que podría derivarse del uso de la energía nuclear es efímera y quedará parcial o totalmente anulada si se producen accidentes nucleares importantes. Por lo tanto, debido a que el impacto de un accidente de un reactor nuclear y las instalaciones asociadas puede superar las fronteras nacionales, quizás debería aplicarse un sistema impositivo incremental internacional para la electricidad producida con energía nuclear.

Saeed M. Feyz. Fundador de Consultoría Ejecutiva

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