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Columna
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General Motors sube la apuesta

Por qué deberían dar los contribuyentes estadounidenses a General Motors (GM) otros 16.000 millones de dólares en ayudas? Después de todo, sólo hace dos meses que la constructora estadounidense de automóviles dijo que los primeros 13.000 millones que recibió serían suficientes. La respuesta es que, tal y como argumentan los ejecutivos de la compañía en el plan de recuperación que entregaron al Tesoro el pasado martes, dejar que GM quiebre e intentar luego reflotarla requeriría la impresionante suma de 100.000 millones o más, y sería el Gobierno quien aportaría la inmensa mayoría de la financiación. Comparado con este escenario, la última petición de ayuda de la automovilística parece simple calderilla.

Este es el último giro que ha adoptado la argumentación de GM para que no se le aplique el capítulo 11 de protección contra la bancarrota, tras haber asegurado el año pasado que supondría una catástrofe para EE UU, que eliminaría más de tres millones de empleos y pondría en peligro la seguridad nacional. Chrysler ha adoptado una aproximación similar, pidiendo otros 2.000 millones -ya tiene o le han sido prometidos 7.000- y asegurando que la bancarrota costaría hasta 25.000 millones de dólares.

¿Por qué creen que declararse en bancarrota sería tan costoso? Por el convencimiento de que experimentarían una aguda reducción de beneficios basada en la creencia de que mucha menos gente compraría un coche de una compañía en quiebra, además del apoyo que requieren los suministradores y distribuidores.

Caer en quiebra supondría ciertamente un proceso doloroso. Pero GM y Chrysler están confiando en gran medida en un par de informes de analistas, ninguno de los cuales presenta el 100% de la metodología empleada. La lógica es cuestionable. GM asume que la bancarrota dañaría mucho su reputación. Pero el daño ya esta hecho. Después de todo, los últimos años los ha pasado en crisis, y los últimos tres meses haciendo lobby para conseguir un volumen nunca visto de ayudas gubernamentales. ¿Puede realmente empeorar demasiado su imagen?

La Administración Obama, al menos, ha dejado entrever que no será suave con Detroit -el experto en reestructuración Ron Bloom ha sido designado consejero, y se comenta que su equipo está tanteando la posibilidad de que una o más de las Big Three se declaren en bancarrota.

Pero quizá sería mejor que los argumentos apocalípticos de GM fuesen dirigidos a sus otros accionistas. Aún tienen que alcanzar un compromiso o con los sindicatos o con los titulares de bonos, ya que ambos saldrían peor parados pasando por el capítulo 11. Si las profecías catastróficas de GM pudiesen asustarle lo suficiente como para que aceptasen algunos recortes, aún servirían de algo.

Por Antony Currie.

Commerzbank saborea el triunfo

Commerzbank se ha unido al grupo de élite de la banca que ha logrado beneficios en 2008. La entidad alemana se vio afectada, como otros, por las colosales pérdidas en sus operaciones. También necesitó dos dosis de capital público. A pesar de estos reveses, Commerz ha iniciado 2009 con un beneficio neto de 3 millones de euros y un ratio de capital Tier 1 de dos dígitos. Los accionistas no deben estar muy tranquilos.Los números detallados contienen algunos realmente malos. El negocio de banca de inversión de Commerz generó un rendimiento del -87% sobre su capital en el cuarto trimestre, cuando los impagos en las subprime de EE UU llegaron al 75%. Tan concentrada exposición desafía el entendimiento. Se suponía que Commerz se había retirado de este negocio antes que sus rivales.Un poco menos de recortes de gastos aquí, unas pocas más de provisiones allá, y Commerz habría patinado holgadamente con una pérdida el año pasado. El banco eliminó los bonus del consejo, aparte de los que están contractualmente garantizados. Pero las provisiones por pérdidas en préstamos aumentaron poco en el tercer trimestre, incluso aunque en algunos segmentos, como los préstamos a pymes, aumentaron fuertemente.Al menos Commerz está abierto a admitir que las provisiones por pérdidas en préstamos se incrementarán este año. Pero no cuantifica el creciente problema. Lo que está claro es que superará los 1.850 millones de euros del año pasado.Todas estas cifras son previas a la absorción de su rival Dresdner Bank, un acuerdo que ya exigió una segunda inyección de capital de 8.200 millones en enero. La impresión general es que estos resultados no reflejan la situación en su estructura ampliada. Commerz afronta 2009 con una incómoda exposición a la crisis en el este de Europa y una cada vez más profunda recesión alemana.Los accionistas deben saborear los modestos resultados obtenidos ahora, con independencia de cómo se hayan conseguido. Es poco probable que duren.Por Christopher Hughes.

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