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Tribuna
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¿Ganará La Roja?

Quedan apenas unas horas para que España comience su andadura en el Mundial. En esta ocasión, tras la victoria en la Eurocopa de 2008 y el buen juego desplegado por la selección, existen muchas esperanzas puestas en el combinado nacional. Pero, ¿qué posibilidades reales tenemos de alzarnos con la Copa?

l Talento: contamos con una magnífica cosecha de jugadores: Xavi, Torres, Casillas, Iniesta, Villa, Puyol... La materia prima es excelente para hacer un buen guiso. Portería, defensa, centro del campo y ataque, todo es de primera calidad.

l Equipo: el talento individual es importante ligarlo de tal manera que la unión de las complementariedades produzca mayor rendimiento que la suma de las partes. Es la diferencia entre tener una buena plantilla y un buen equipo. Los jugadores ganan partidos, los equipos campeonatos. La calidad colectiva también está garantizada.

l Química: son todos aquellos aspectos invisibles que tienen una incidencia notable en los resultados pero que no se ven. Es la parte menos glamurosa del deporte rey, la que no sale en la prensa pero cuya incidencia es determinante. Lo dijo un día el sabio Di Stéfano: "El fútbol no se juega sólo en el campo; se juega conociendo al compañero, al que más asiduamente tienes al lado; la colectividad hay que hacerla a base de entendimientos personales, el hablar, el charlar, el estar, no es sólo cuestión de ir a entrenar todos los días, es cuestión de convivir". En nuestra selección fluye el buen rollo y eso se nota.

l Gestión: Del Bosque es el chef del vestuario; un tres estrellas Michelin del fútbol que sabe lo que se cuece entre fogones. El salmantino es una de las personas que mejor conoce los códigos del vestuario. Respeta a los jugadores por encima de todas las cosas y sabe manejar con mano izquierda el difícil equilibrio entre exigencia y libertad. Lleva tanto en el mundo del fútbol que no precisa de voces y mano dura para ganarse la autoridad. Camacho afirmaba una vez: "Cuando el entrenador entra en el vestuario los jugadores dicen: éste manda o éste no pinta nada". Del Bosque manda.

l Autoestima: creer en uno mismo sin caer en la arrogancia es una de las claves del éxito. Sin confianza en las posibilidades propias es harto difícil alcanzar cualquier meta destacable. El efecto psicológico de cuartos parece superado y se han sentado las bases para conquistar el campeonato. Existe hambre de título y ganas de dar una gran alegría al país.

l Mentalidad ganadora: es quizás lo que más puede pesar. Para ganar un mundial no se puede fallar ningún día. Cualquier error te apea de la competición. Es el pedigrí futbolístico, el carácter competitivo, la raza ganadora. De las 18 ediciones disputadas del Mundial, 12 ediciones (65%) las acumulan tres selecciones: Brasil (cinco títulos), Italia (cuatro) y Alemania (tres). Además, tan sólo otros cuatro países más se han alzado con el galardón: Argentina (dos), Uruguay (dos), Inglaterra (uno), Francia (uno).

l Expectativas: la euforia desatada tras la Eurocopa de Austria y Suiza ha incrementado notablemente la presión. Por ello, aislar la euforia externa es conveniente para evitar caer en la autocomplacencia. Cuidar ese entorno estimulante sin que derive en ansiedad es esencial para que la rigidez y el agarrotamiento no se impongan al talento.

l Suerte: no todo es controlable. Un fallo arbitral, un error del portero (véase Green con Inglaterra), un despiste de marcaje, una lesión inesperada, los dichosos penaltis... pueden dejar fuera a cualquier selección. El factor suerte se puede reducir al máximo con talento y concentración pero no eliminarlo completamente. Lo decía Nietzsche: "No somos víctimas de nuestro destino pero tampoco dueños del mismo".

En definitiva, España vive uno de los momentos futbolísticos más dulces y propicios para llegar lejos en el Mundial de Sudáfrica. El camino no será fácil pero las posibilidades son elevadas. Esperemos que los mejores augurios se cumplan.

Francisco Alcaide Hernández. Experto en sport management y autor del libro Fútbol: Fenómeno de Fenómenos

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