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Tribuna
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Exportar para crecer

Llevamos muchos meses hablando sobre la necesidad de un cambio en el modelo productivo español, o mejor, sobre cómo generar un nuevo patrón de crecimiento que garantice un crecimiento sostenido y la recuperación del empleo. Es evidente que si hablamos de un nuevo patrón de crecimiento es porque el que teníamos antes de la crisis estaba desequilibrado y, por tanto, es preciso establecer nuevas bases que permitan impulsar un crecimiento más sano. Los cambios en la composición del PIB se realizan muy poco a poco, no existen fórmulas mágicas que permitan transformar una economía de un día para otro, por ello no se puede desperdiciar ni una sola oportunidad de las que se nos presenta para apoyar estos cambios necesarios.

Uno de los desequilibrios fundamentales que aquejaban a la economía española antes de la crisis era su monumental déficit exterior. En relación al PIB, nuestra necesidad de financiación frente al resto del mundo superaba el 9%. Es el mayor déficit que se recuerda para una economía desarrollada de cierto tamaño. El nuevo patrón de crecimiento pasa, por tanto, por una mayor capacidad exportadora de la economía española. El crecimiento de la próxima década será necesariamente impulsado por el sector exterior.

Las cifras de este año nos confirman la importancia de la exportación para el crecimiento español. En el primer semestre del año, es el sector exterior el que ha aportado una contribución positiva en el entorno de un punto al crecimiento, mientras que la contribución de la demanda nacional sigue siendo muy negativa. Las exportaciones de bienes han crecido un 17%, mientras que en el sector turístico los crecimientos son consecuencia de la recuperación del turismo extranjero. Es decir, lo poco que se está moviendo en la economía española es su vertiente exterior.

De hecho, las empresas más internacionalizadas, con mayor presencia en los mercados exteriores, y con más diversificación geográfica son aquellas que están resistiendo mejor la crisis. La apuesta por el desarrollo de la internacionalización de la empresa española es por tanto una apuesta irrenunciable para la recuperación económica.

Por ello, no se entiende que en el esfuerzo de contención del gasto público y de austeridad que se está llevando a cabo, las partidas destinadas a la internacionalización de la empresa sufran un recorte acentuado. El presupuesto del Icex, que es el principal instrumento de la Secretaría de Estado de Comercio para impulsar la internacionalización de las empresas, se recortará en casi un 9% en 2011, tras ya sufrir una reducción del 17% en 2010 y del 3% en 2009. Es decir, un ajuste por encima de la media de los Presupuestos Generales del Estado, que es del 8%, y sobre todo del gasto corriente que en los PGE se reduce un 0,5%. El recorte en internacionalización junto con la reducción del gasto en infraestructuras supone una seria amenaza a la capacidad competitiva de España.

Esta actitud contrasta con la política que se realizó en la recesión anterior. Entre el año 1993 y el año 1994 se duplicó el presupuesto del Icex para impulsar la exportación como principal medio para salir de la crisis. Realmente, estamos hablando de volúmenes muy pequeños, que en nada afectan al resultado global del presupuesto pero que pueden marcar la diferencia para una empresa española exportadora. Hay que recordar que el Icex actúa principalmente con pymes a través de los planes sectoriales que llevan a cabo las asociaciones empresariales, y que para muchas de las empresas la ayuda que reciben por parte del instituto es fundamental.

Por ello, desde CEOE pedimos al Gobierno y a los grupos parlamentarios una reconsideración del recorte presupuestario. Lo ideal sería incrementar el presupuesto destinado a estas partidas como apoyo a nuestro tejido empresarial en su esfuerzo de internacionalización, aunque dadas la actuales necesidades de restricción presupuestaria al menos se deberían mantener los fondos dedicados a la internacionalización en los volúmenes de 2009, que ya de por sí estaban fuertemente recortados. Se trata de unos pocos millones de euros que pueden ser de gran importancia para muchas empresas de reducido tamaño. En un momento en el que la recuperación de la confianza es esencial, y las empresas necesitan saber que las instituciones las están apoyando en una actividad tan difícil como es la internacionalización. Seguir recortando el apoyo a la empresa en esta tarea es una señal muy negativa y de difícil comprensión. Por el contrario, ahora es el momento de impulsar más que nunca la internacionalización de la empresa.

José María Lacasa. Secretario General de CEOE y Consejero del ICEX

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