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Tribuna
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Estímulo a las renovables

La apuesta por las energías renovables se ha convertido en uno de los asuntos de mayor importancia para la opinión pública estadounidense, como posible solución a problemas como el deterioro del medio ambiente, la dependencia del petróleo y la crisis económica, como fuente de creación de puestos de trabajo.

En consecuencia, el ARRA (American Reinvestment and Recovery Act) va a destinar en torno a 92.000 millones de dólares al sector de las energías renovables a través de diversas medidas, siendo las siguientes las más importantes:

l Se eliminan los topes máximos relativos al crédito fiscal (Investment Tax Credit, ITC) del 30% sobre la inversión en ciertos proyectos de renovación, expansión o establecimiento de instalaciones dedicadas a la fabricación de equipos para la producción de electricidad a partir de energías solar, eólica, geotérmica y otras. Estos proyectos deberán ser completados en los próximos dos años.

l Se extienden hasta 2012 los créditos fiscales para la producción de energías renovables (Production Tax Credits, PTC) y se permite que, en ciertos casos, se puedan convertir en créditos relacionados con la inversión en proyectos (Investment Tax Credits, ITC), para así crear incentivos a medio plazo, dando certeza y seguridad a los inversores.

l Bajo determinadas circunstancias, los PTC y los ITC podrán convertirse en ayudas directas, a fin de atraer la inversión de empresas que no tengan bases imponibles que compensar (situación habitual dada la actual crisis y el estancamiento del mercado de los inversores en Tax Equity).

l El Departamento de Energía impulsa el programa de avales y préstamos que se estableció en el 2007 mediante el Energy Independence y Security Act autorizando hasta 25.000 millones de dólares en préstamos a proyectos de energías renovables.

l Se destinarán 11.000 millones de dólares a la mejora de la red eléctrica (smart-grid) estadounidense, para facilitar la interconexión de productores con la red, evitar la congestión e impulsar una línea de interconexión con la red rápida.

Además, se favorece la inversión en vehículos eléctricos, la producción de energía a partir de fuentes limpias para uso residencial, y multitud de otros proyectos de menor cuantía. Para el verano se espera una nueva ley federal que exija a los Estados que antes de 2025 al menos el 25% de su producción de energía sea de una fuente de energía renovable (Renewable Portfolio Standard), en particular eólica, solar y geotérmica.

El decidido apoyo a las energías renovables en EE UU debería servir para estimular la mermada inversión privada en este tipo de proyectos (con especial énfasis en las energías eólica y solar), si bien cabe objetar que no se haya creado una política a más largo plazo de incentivos fiscales.

En eólica, el sector optimista, pese a que el desconocimiento de los detalles de la implementación de las medidas podría retrasar el impulso inversor hasta finales de 2009. Pese a que ya se dan las condiciones para una bajada de precios en el mercado de turbinas, ésta aún no se ha producido.

José Antonio Morán y Andrés Arnaldos. Área de Project Finance de Baker & McKenzie LLP Chicago

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