España recupera credibilidad en los mercados
El Estado español recupera poco a poco su marchamo de buen pagador después de la tormenta en que los mercados internacionales cayeron en la comparación, poco justificada, de la economía española con la griega. La mejor muestra de esta vuelta a la normalidad es la fuerte demanda que han generado las últimas emisiones del Tesoro. Como ejemplo, ayer se colocaron letras a 3 y 6 meses por valor de 2.340 millones de euros, y los inversores estaban dispuestos a llegar hasta los 10.166 millones. También la normalidad se deja notar en el precio pagado, pues incluso en las letras a 3 meses se rebajó el tipo abonado en la subasta de enero. Se confirma así la tendencia de emisiones anteriores -tanto de letras, como de bonos u obligaciones- con una demanda muy por encima de las necesidades financieras del Estado y a precios no mucho más altos. Como muestra singular han destacado los 5.000 millones de euros en bonos a 15 años emitidos el 17 de febrero, que llegaron a concitar una demanda de más de 14.000 millones, casi tres veces la oferta.
La campaña en grandes plazas financieras protagonizada por el Gobierno puede haber ayudado a esta mejoría. Pero también lo ha hecho el apoyo decidido de instituciones internacionales y de agencias de rating, que han salido en defensa de la economía y la deuda españolas.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, dejó claro ayer en el Foro CincoDías que no hay motivos para cuestionar la solvencia financiera de España, y negó paralelismos con la economía griega. Además, acertó al recordar que las emisiones masivas de deuda son un problema que no sólo afecta a España, cuyos niveles de endeudamiento son inferiores a la media de la OCDE. Una realidad que el Gobierno ha reiterado, pero que los mercados y ciertos medios anglosajones obviaron hace unas semanas.
Sin embargo, es patente que el déficit fiscal del 11,4% con que se cerró 2009 es un serio problema potencial y precisa de correctivos a corto, medio y largo plazo. Las medidas presentadas por el Gobierno en las últimas semanas -reforma de las pensiones, del mercado laboral y control del gasto público- sumadas a otras anteriores, como la reforma del modelo productivo, van en la buena vía y han contribuido a recuperar la credibilidad internacional. Pero es imprescindible que, además de enunciarse, se apliquen sin flaqueza, pues está demostrado que en la salida de esta crisis la confianza está claramente condicionada.
En este sentido, es oportuno el nuevo recordatorio del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, sobre la necesidad "urgente e imprescindible" de abordar la reforma laboral. El retraso es ya inevitable, y una razón más para que los cambios sean de suficiente calado y, especialmente, para que se aprueben con consenso de los agentes sociales, lo que contribuiría a su eficacia.