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Columna
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'Crowdsourcing', modelo de negocio del futuro

La evolución que los últimos años ha sufrido la tecnología, y en especial internet, han hecho posible crear la web 2.0, término usado por primera vez por Dale Dougherty de O'Reilly Media. La web 2.0 facilita la interactividad de los usuarios y ha revolucionado las relaciones personales a través de las redes sociales y los blogs. Todos estos avances se han trasladado al mundo de los negocios, donde el público se ha convertido en protagonista y ofrece sus ideas a través de la web. Los antiguos dogmas y modelos de trabajo de multinacionales que funcionan de forma jerárquica están obsoletos y se están creando nuevos paradigmas de colaboración de masas.

El crowdsourcing, término acuñado por el escritor de la revista Wired Jeff Howe, representa la acción de una compañía de tomar una función que alguna vez pudo ser realizada por los empleados y externalizarla a una red de personas en forma de desafío abierto a cambio de una recompensa económica o de prestigio. En otras palabras, se refiere al acto de externalizar el trabajo, sobre todo intelectual, a través de internet utilizando el potencial de millones de cerebros que están conectados a la red.

Se trata de una de las actividades más disruptivas que se han creado en los últimos años, ya que muchas compañías y especialistas como J. Surowieckli, The wisdom of crowds, han llegado a la conclusión de que la inteligencia colectiva resulta más acertada que el trabajo de los expertos. La aplicación de esta inteligencia colectiva abre nuevas posibilidades y hará avanzar al arte, las ciencias, la cultura, la educación, los gobiernos y la economía de forma sorprendente. El gigante farmacéutico Eli Lilly creó un spin off en 2005, llamado InnoCentive, para conectar a las organizaciones que necesitan solucionar algún problema con personas de todo el mundo cobrando una recompensa si los solucionan. InnoCentive, reconocida como una de las propulsoras del crowdsourcing, ya dispone de más de 160.000 solvers, y el 66% de los retos propuestos ya han sido resueltos para compañías de gran envergadura como Boeing, Dow Chemical, DuPont, Procter & Gamble o SAP, entre otros.

Muchas de las empresas que han optado por el crowdsourcing son conscientes de que les resulta imposible innovar y mantenerse al día únicamente con las capacidades internas. Goldcorp Inc de Canadá superó su crisis encontrando 110 nuevas minas de oro poniendo toda la información confidencial en internet para colaboradores externos. Igualmente Procter & Gamble hoy consigue que 7 de cada 10 nuevos productos vengan del público en general y no de su organización.

Para muchos expertos, el crowdsourcing seguirá creciendo por la versatilidad y eficiencia que aporta la variedad de individuos que se pueden aunar alrededor de un sitio web como InnoCentive. Son ya muchas las grandes compañías que incluyen en sus planes el porcentaje de ideas y soluciones que desean lograr provenientes del público multitudinario. El trabajo de la multitud y las soluciones provenientes de ella han llegado para quedarse gracias a la democracia de internet.

Ana María Llopis. Fundadora de Openbank y fundadora y consejera delegada de Ideas4all

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