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Columna
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Carrera contra el tiempo

Los mercados están todavía sobre ascuas. Las autoridades de todo el mundo han hecho esfuerzos hercúleos durante el fin de semana para estabilizar el sistema bancario -y han hecho considerables progresos-.

La mayoría de los bancos británicos han sido rescatados con la infusión de liquidez de 37.000 millones de libras financiado por el Estado. Los países de la eurozona han acordado un marco para recapitalizar sus bancos y proveerles con fondos a medio plazo. EE UU ha indicado que hará algo similar. El FMI ha ofrecido aportar miles de millones a los mercados emergentes. Y puede haber incluso un acuerdo entre el Gobierno de EE UU y Mitsubishi UFG para apuntalar Morgan Stanley.

Todo bien de momento. No sorprende que la reacción de los mercados bursátiles en Asia y Europa fuera un suspiro de alivio.

Pero es todavía demasiado pronto para decir que la crisis se ha acabado. Están apareciendo todavía nuevos problemas. Muchos países del este de Europa lo ven negro. Si hay bancarrotas allí, los bancos occidentales que están expuestos a la región estarán atrapados en una reacción violenta. Los especuladores de todo el mundo que han hecho apuestas altamente apalancadas están fracasando en su obtención de nuevos garantías. Cuando los bancos liquiden el colateral, pueden encontrarse con que no pueden cubrir sus préstamos. Más generalmente, los rivales permanecerán nerviosos por su exposición a los bancos altamente apalancados.

Además, hay todavía agujeros en la red de seguridad. Miren a Reino Unido. Aunque RBS, HBOS y Lloyds TSB han tenido sus inyecciones de capital del Estado, Barclays ha decidido intentar ir en solitario. Los europeos no han explicado en detalle aún sus planes, y mucho menos cómo será recapitalizado cada banco. Sin embargo, la forma en que EE UU lo está planificando está todavía en el aire. Con un presidente sin capacidad de acción y un secretario del Tesoro que ha perdido mucho de su autoridad, tiene que ser un riesgo que no pueda actuar decisivamente.

Finalmente, en Morgan Stanley hay actualmente sólo informes en lugar de un anuncio. La idea es que Mitsubishi continúe con sus 9.000 millones de inyección de capital, pero logra un mejor acuerdo. Sin embargo, EE UU está convenciendo a los japoneses de que estarán protegidos si Morgan Stanley necesita posteriormente una recapitalización de inspiración estatal. Todo esto es bueno en la medida en que funcione, pero todavía no ha respondido cómo reunirá el banco los fondos ordinarios necesarios.

El mensaje global es positivo. Pero la carrera contra el tiempo continúa.

Por Hugo Dixon

Europa reacciona a la última

Ha sido arduo y ha tomado demasiado tiempo. Pero Europa ha alcanzado finalmente un plan coordinado para hacer frente a la crisis bancaria. El acuerdo al que llegaron los miembros de la zona del euro -en la imagen- el 12 de octubre supera expectativas y supone bastante más que una mera lista de generalidades banal. La cuestión ahora es cómo se llevará a cabo.Se tomó la experiencia del primer ministro británico, Gordon Brown, y el ejemplo y la energía política del presidente francés, Nicolas Sarkozy, para ganar el impulso necesario. En la aplicación se ha dejado libertad a los países miembros, encargados de convertir esos principios en acciones, aunque el conjunto de puntos de acción alcanzado es vinculante para los dirigentes que lo firmaron.Los europeos se han comprometido a recapitalizar sus bancos, si es necesario, y garantizar los nuevos préstamos bancarios para un vencimiento de hasta cinco años a fin de descongelar el préstamo interbancario. Las instituciones no tendrán que sufrir para obtener el dinero de los contribuyentes. Eso sí, las garantías no vendrán gratis, y 'los accionistas deberán soportar la consecuencias de la intervención'.Al final son promesas que no discriminan entre bancos locales e instituciones extranjeras. Sensible ante ese estado de ánimo, incluso el muy rígido BCE ha anunciado que tratará de estirar las garantías exigidas.Equivale a un menú a la carta, pero con directrices muy estrictas en cuanto al plato servido. Los bancos en Francia, Alemania y España, por ejemplo, no están en la misma situación, y las leyes y reglamentos difieren de un país a otro.La mayoría de los miembros del Eurogrupo anunciaron ayer sus planes. Lo hicieron España, Francia o Alemania, entre los grandes. La necesidad de evitar trastornos y pesadillas en esta grave crisis es lo que ha puesto de acuerdo a los Quince. Esto en sí mismo es un gran paso. El siguiente paso es hacer que el plan de trabajo prospere.Por Pierre Briançon

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