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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La CNMV pone firmes a las cajas

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) reflejó ayer cierta preocupación por cómo están planeando las cajas las futuras salidas a Bolsa de sus bancos. Lo hizo mediante una carta dirigida a la CECA -publicada posteriormente en su página web- que destila claridad y contundencia, lo cual es de agradecer. El organismo recuerda a estas entidades la obligación de colocar en el mercado al menos el 25% del capital de los futuros bancos para poder ser admitidos en el parqué. Semejante puntualización no debería haber sido necesaria -lo impone el real decreto de 2005 que regula los requisitos relativos a la admisión a cotización-, pero no estorba teniendo en cuenta que algunos directivos de cajas han expresado la voluntad de reducir tal porcentaje. La misiva matiza que esta misma norma admite salidas por debajo del 25% -sucedió con Criteria e Iberdrola Renovables, que se limitaron al 20%-, aunque tal decisión descansa en la CNMV, que analizará caso por caso, y no en la voluntad de las cajas.

Se comprende que estas entidades quieran limitar el capital que colocan en Bolsa, pues la situación financiera y bursátil exigirá un alto descuento. Además, la necesidad de concluir los procesos antes de septiembre pone en peligro el éxito. Aun así, una salida a Bolsa es una operación extremadamente compleja y delicada y no caben presiones a la CNMV para que tome medidas adaptadas a sus necesidades. Especialmente, porque deben recuperar una reputación en entredicho. La CNMV acierta de pleno al sentar las bases de sus posibles estrenos en el parqué, evitando así que vuelvan a cometer nuevos deslices.

Pues los procesos, aunque todavía en ciernes, podrían adolecer de algunas otras deficiencias que precisan corrección. Una de las más graves es la dificultad de valorar unas entidades poco acostumbradas a funcionar bajo la transparencia inherente a compañías cotizadas. Como solución, acertada, el regulador impondrá tramos destinados a inversores institucionales, con suficiente capacidad de análisis, que garantizará una estimación alternativa y ecuánime. Además, evitaría una colocación masiva a los clientes de las propias cajas, cuyas potentes redes comerciales tienen fácil acceso a unas personas a veces carentes de suficiente cultura financiera. Eufemísticamente, el organismo califica tal posibilidad como "conflicto de interés".

El presidente de la CNMV, Julio Segura, ha velado por los posibles inversores de estas futuras entidades, aunque también ha orientado a unas cajas algo despistadas. Cotizar en Bolsa podría aportarles el capital que necesitan, pero exige unas reglas de juego muy claras. Las recetas de buen gobierno han de cuajar sinceramente en ellas y mientras antes se adapten, mayor probabilidad de éxito tendrán en sus debuts bursátiles.

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