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Crisis en la Unión Monetaria

Los vencimientos de 2011 alimentan la tensión sobre el riesgo de España

El mensaje de que España no es Irlanda o Grecia no parece calar y el bono a 10 años se ha situado en el 5,064%, un nivel considerado una exageración entre los entendidos. La alta concentración de vencimientos de deuda en 2011 y el aumento de los costes de financiación son focos de tensión.

España ha demostrado una y otra vez este año su capacidad de financiación en el mercado. Incluso en los momentos de máxima tensión ha cubierto las emisiones con éxito y la demanda no ha faltado. A falta de cuatro subastas, el año lo tiene prácticamente hecho tras emitir unos 195.000 millones. Pese a todo, el nerviosismo del mercado va en aumento tanto por el encarecimiento de los costes de financiación como por la concentración de vencimientos el próximo ejercicio.

Las amortizaciones de deuda en 2011 se estiman en 148.700 millones de euros, según los presupuestos generales. En principio se prevé que venzan unos 102.100 millones en letras, 44.600 en bonos y 2.000 millones en deuda en divisas, aunque las cifras finales dependerán de las emisiones realizadas a finales de año y de las emisiones de letras a corto plazo de 2011. En total se esperan unas emisiones brutas en 2011 del orden de los 192.000 millones. Mantener la confianza del mercado, por tanto, resulta primordial, más aún teniendo en cuenta que casi la mitad de la deuda en circulación está en manos de extranjeros.

El encarecimiento de la financiación que acarrea el aumento de la prima de riesgo también se mira con preocupación pues implica que el Estado deberá destinar más recursos al pago de intereses. La pregunta que muchos se hacen es cuándo se volverá insostenible el repunte del rendimiento del bono. Pocos se atreven a responder, pero para Credit Suisse esta cifra sería un bono a 10 años al 6,5%. Muchos otros consideran, no obstante, que no se llegará a una situación tan extrema pues el tamaño de España le convierte en peligro sistémico, lo que forzará la aplicación de nuevas medidas ya sea a nivel nacional o europeo.

"La subida del tipo del bono es una secuencia peligrosa. Está habiendo una sobrerreacción del mercado y poca capacidad de filtrar que nuestros problemas no son como los de otras economías. Es una llamada de atención. Se debe transmitir certeza de que se avanza en las promesas y de que se traduce en resultados", explica Pablo Guijarro, de AFI. Los esfuerzos del Gobierno están dando resultados como ha demostrado la caída a la mitad del déficit del Estado este año. Durante meses se consiguió tranquilizar a los inversores gracias a la aprobación del plan de austeridad, la reforma laboral, la reestructuración del sector financiero o la evaluación del sistema bancario en los test de estrés pero ahora se exigen pasos adicionales para recuperar la confianza en España.

"El mercado busca algún cortafuegos. Hay que dejar claro al mercado que se va a hacer todo lo necesario para seguir reduciendo el déficit", explica Fernando Hernández, de Inversis. "A corto plazo hacen falta catalizadores que frenen el deterioro", comenta Virginia Romero, de Ahorro Corporación. "Un paquete de compra de bonos del BCE al estilo de la Reserva Federal ayudaría", añade esta experta, opinión que comparte también Ignacio Cantos, de Atlas Capital. "El BCE debería tratar de hacer algo".

Avanzar en la reforma de las pensiones o en el proceso de consolidación presupuestaria resultarán clave. El Estado ha demostrado su capacidad para recortar gastos pero queda por ver si las comunidades autónomas siguen al mismo ritmo. Precisamente su falta de transparencia a la hora de presentar las cuentas explica para algunos la falta de confianza del mercado, pues solo rinden cuentas dos veces al año.

La buena noticia es que España tiene una base de tenedores de deuda estable y diversificada. "Si se continúa reduciendo el déficit y se avanza en los planes el mercado debería calmarse", comenta Ignacio Cantos, de Atlas Capital.

Compras de extranjeros entre mayo y septiembre

Los inversores extranjeros, principales tenedores de la deuda española con el 46,5% del total a finales de septiembre, aumentaron su exposición a España un 10% entre mayo y septiembre, coincidiendo con la mayor confianza que suscitaron las medidas de austeridad o los test de estrés. A finales de septiembre, según los últimos datos oficiales del Tesoro, tenían 227.088 millones de euros, lo que suponía el 46,45% de la deuda del estado a vencimiento. Queda por ver, por tanto, el efecto que ha tenido las turbulencias recientes.España cuenta a su favor con una base de tenedores de deuda muy estable en los dos últimos años. La única excepción han sido los inversores de Asia, África y otros, región que casi ha duplicado su exposición hasta alcanzar casi el 20% de la cartera de no residentes. El resto se reparte entre Francia (25%), Japón (7%), Alemania (%), Italia (5%), Benelux (14%), resto de la UE (14%), América (3%) y el resto de Europa (4%).

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