_
_
_
_
_
A fondo

El tipo de cambio, el próximo ajuste de la crisis

La Reserva Federal examina hoy la situación económica de EE UU.

La Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, se reúne hoy en un entorno de creciente inquietud económica. La tasa de paro (9,6%) se resiste a bajar y los precios para productores y consumidores dan peligrosas señales de estancamiento. Se espera que la autoridad monetaria rebaje las previsiones de crecimiento económico. Un incremento de los tipos de interés desde la horquilla actual del 0% al 0,25% está descartado. Hay dudas sobre si la Fed se verá abocada a impulsar una nueva oleada de política monetaria expansiva, pero lo que queda claro es que esta vez no será el consumo interno el que rescate a la economía. La Casa Blanca lo sabe y por ello hace tiempo que creó el Consejo Exportador, cuyo objetivo es lograr que el país exporte en 2015 el doble que ahora y para ello un dólar débil es algo más que conveniente.

"Tras el ajuste de la política monetaria y fiscal, el próximo encaje es el de la política cambiaria", advierte Alexis Ortega, socio y director general de Finagentes. "Estamos acostumbrados a que el despilfarro del consumidor americano salve a la economía mundial y eso no va a suceder esta vez. Los países con superávit exterior, China, Japón y Alemania, deben apreciar su moneda y el dólar tiene que debilitarse", expone Ortega.

Poco antes del comienzo del verano, el dólar emprendió una trayectoria bajista que le ha llevado a perder terreno contra todas las grandes monedas del mundo. En los últimos tres meses, la corona sueca y el franco suizo se han apreciado más de un 10% contra el billete verde. El euro, el yen, la libra y el real brasileño han subido más de un 5%.

La corriente es muy fuerte y hay quien ha intentado detenerla por su cuenta y riesgo. Japón invirtió la semana pasada más de 20.000 millones de dólares vendiendo yenes con el objetivo de frenar el imparable ascenso de su moneda. La intervención permitió que el dólar pasara rápidamente de 83 a 85,7 yenes por unidad; con el euro, la evolución ha sido similar, de 105 a 112 yenes., una oscilación superior al 3%. Un gran esfuerzo para un resultado modesto si se recuerda que en mayo comprar un dólar costaba 94 yenes; un euro, más de 127.

"Los resultados de las medidas son de corto plazo, no de largo plazo. El Banco de Japón va a tener que hacer un esfuerzo mayor, pero a medio plazo lo que probablemente ocurrirá es que el yen volverá a fortalecerse porque es una moneda que está llamada a tener un mayor protagonismo", expone Marián Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco.

La acción mereció una rápida reprimenda de la UE que exigió explícitamente a Tokio que rectificara. La UE no tiene ningún interés en que el euro se fortalezca. El volumen de reservas en divisas de Japón es cinco veces superior al de la eurozona (un billón de dólares frente a 200.000 millones). En términos de munición, está claro que Europa tiene la batalla perdida. Malas noticias para Alemania.

Alemania versus China

La economía alemana saca músculo con un crecimiento del PIB del 3,7% en tasa interanual en el segundo trimestre del año, alentando el temor en las economías más débiles de la zona euro a un incremento de tipos desde el nivel actual del 1%, máxime cuando el presidente del Bundesbank, Axel Weber, es el principal candidato a sustituir el año que viene a Jean Claude Trichet al frente del BCE. Pero la fuerza que exhibe Alemania corre el peligro de desinflarse. El impulso germano responde al repunte de sus exportaciones industriales, un terreno en el compite directamente con China, un país al que todos instan a que aprecie rápidamente su divisa.

Pero el ritmo de Oriente no es el de Occidente. El yuan, que literalmente significa moneda del pueblo está en fase ascendente, aunque a la velocidad que dicta Pekín. La moneda se apreció ayer un 0,16% hasta 6,714 unidades por dólar y eso fue visto por el mercado como un gran acontecimiento. La moneda se ha encarecido un 2,5% en dos años. China tiene una cuarta parte de las reservas mundiales en divisas y, por tanto, el poder de resistir a las presiones.

Mientras, la eurozona mira de reojo al euro, que cotiza por encima de 1,3 dólares cuando a comienzos del verano lo hacía por debajo de 1,2. "Tener una moneda fuerte tiene un efecto similar al del endurecimiento de la política monetaria, pero sin el control del banco central", avisa Pierre Lequeux, de Aviva Investors. Justo lo que no desea ahora ningún país de la UE. El camino, sin embargo, parece hecho. "Me parece más probable que el euro se acerque a 1,4 que a 1,2 dólares", opina Francisco López Ollé, de X Trade Brokers. La viabilidad de la eurozona volverá a ser puesta a prueba.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_