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Puede dar marcha atrás

¿La tercera retirada de Braulio Medel?

Unicaja pide garantías para fusionarse con Caja España.

¿La tercera retirada de Braulio Medel?
¿La tercera retirada de Braulio Medel?

El Banco de España trabaja contra reloj para evitar que la fusión entre Unicaja y Caja España-Duero salte por los aires. La entidad andaluza exige al supervisor garantías adicionales para seguir adelante con la operación argumentando que la reforma financiera ha trastocado sus planes iniciales. No sería la primera vez que la entidad que preside Braulio Medel da marcha atrás en un proceso de este tipo en el último momento. Lo hizo en la puja por CCM y más tarde en la de Cajasur. Y ahora la pelota vuelve a estar en su tejado.

La operación, ratificada por las asambleas de Unicaja y Caja España en septiembre, está en punto muerto desde entonces. Fuentes oficiales de las cajas apuntan a la reforma financiera como el principal escollo, pero lo cierto es que desde el pasado verano, cuando se estableció el reparto de cuota de poder (70% para la malagueña y 30% la castellanoleonesa), no se han dado más pasos. "La reforma obliga a renegociar las condiciones de la fusión o a solicitar ayudas. Braulio Medel no quiere pedir ayudas, por lo que o Caja España asume las provisiones adicionales que impone la reforma o se revisa el acuerdo", explican fuentes sindicales de Unicaja.

Según las nuevas exigencias del Ejecutivo, la entidad que dirige Evaristo del Canto tiene un déficit de 1.140 millones, de los que 638 millones corresponden a dotaciones adicionales y los 502 millones a necesidades de capital. Unas cantidades destinadas a cubrir los riesgos del ladrillo. A finales de septiembre, Caja España-Duero tenía una cartera de créditos con promotores y constructores de 6.797 millones, de los que un 34% correspondían a suelo. El volumen de inmuebles adjudicados a esta fecha ascendía a 1.341 millones, con una tasa de cobertura del 24,46%.

La situación de Unicaja, sin embargo, es mucho más saneada. Necesita 691 millones (264 millones de provisiones y 427 millones de capital), pero cuenta con el colchón suficiente para hacer frente a estos requisitos. De hecho, a finales de enero lanzó un aviso a navegantes al asegurar que tiene músculo suficiente para cumplir con las nuevas exigencias "sin necesidad de una fusión".

El fracaso de este matrimonio, que daría lugar al séptimo grupo bancario español con algo más de 80.000 millones de activos, supondría un foco de inestabilidad añadido para el sistema financiero español, en pleno proceso de venta de Unnim y Banco de Valencia y con el futuro de las nacionalizadas Novagalicia y Catalunya Caixa aún abierto.

La partida, no obstante, no ha concluido. El Banco de España, que actúa de mediador, busca una solución. Y en este proceso los encuentros entre ambos son continuos. Sin ir más lejos, el pasado jueves se reunían con Pedro González, responsable de inspección del Banco de España para el sector de cajas, dos altos ejecutivos de Unicaja, Juan José Navarro, director de planificación y control, y Manuel Azuaga, director general de Unicaja.

Pero el reloj corre y apenas quedan unas semanas para llegar a un acuerdo, ya que el Gobierno ha fijado como tope el 31 de marzo para que el mapa bancario esté cerrado.

Fricciones

Al margen de la carga de ladrillo de Caja España-Duero, su fusión con Unicaja ha sido un cúmulo de tiras y aflojas desde el principio. Ya en el pasado mes de agosto, Medel tensó la cuerda para conseguir más peso del pactado inicialmente, un 63% para la malagueña. Y lo consiguió.

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